‘Barriga llena, corazón contento’: impacto de la comida en tu ánimo

En EU, abordan la psiquiatría nutricional que estudia cómo los alimentos influyen en la salud mental.

|
‘Estómago lleno, corazón contento’: impacto de la comida en tu ánimo. (Foto: Canva)
Recibe noticias y descuentos exclusivos en tu correo
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

La relación entre tu dieta y tu bienestar emocional es más significativa de lo que podrías pensar. 

¿Te has detenido a considerar que una nutrición deficiente podría incrementar el riesgo potencial de desarrollar trastornos mentales?

Descubre cómo lo que comes puede impactar directamente en tu salud mental.

En Estados Unidos, abordan un reciente campo de investigación conocido como psiquiatría nutricional que estudia cómo los alimentos influyen en la salud mental.

"En los últimos años ha quedado claro que la microbiota intestinal está en comunicación con el cerebro, a través del eje intestino-cerebro", escribió un equipo de científicos en la Harvard Review of Psychiatry.

"Un creciente cuerpo de literatura muestra que la microbiota intestinal desempeña un papel determinante en una variedad de trastornos psiquiátricos, incluido el trastorno depresivo mayor".

Especialistas en medicina funcional, psiquiatría y nutrición coinciden en que sus consultorios están llenos de pacientes que llegan con una alimentación pobre nutricionalmente y arrastran trastornos, principalmente, de ansiedad y depresión.

La relación entre tu dieta y tu bienestar emocional es más significativa de lo que podrías pensar. (Foto: Canva)

Los síntomas que las personas tienen a diario son fatiga, dolor de cabeza, insomnio, tristeza, irritabilidad, falta de concentración, baja productividad en trabajo o escuela.

"El 100 por ciento de los pacientes trae una malnutrición", dice Alejandra Ibarra, psiquiatra con maestría en nutrición y quien aborda el impacto de la alimentación en los trastornos mentales. 

"Con desnutrición son cerca de un 30 por ciento, que están más graves, pero todos llegan malnutridos, lamentablemente". 

La especialista explica que la conducta alimentaria de una persona está relacionada con su crianza, hábitos, compañías, amistades, forma de ser.

La psiquiatra Alejandra Ibarra sostiene que resulta muy complejo un cambio de hábitos alimenticios sin el apoyo de la familia. (Foto: Canva)

"Algo que vemos en los síntomas graves de los trastornos mentales es que las personas dejan de comer, que es lo más común", indica Ibarra.

"Y eso desemboca a síntomas cada vez más severos, como la privación o la inanición o la anorexia Toma un papel sumamente relevante el hecho de conectar las conductas alimentarias en la ansiedad y en la depresión". 

Ibarra sostiene que resulta muy complejo un cambio de hábitos alimenticios sin el apoyo de la familia.

"Es difícil para los pacientes, por no decir imposible, que puedan hacerlo ellos solos cuando están muy muy graves", señala la psiquiatra.

¿Por qué hay una conexión entre el intestino y el cerebro?

Michelle Palau, médica con posgrado en nutrición clínica y quien trabaja la medicina funcional, explica que la microbiota intestinal es el conjunto de microorganismos que viven en el intestino.

Lo que sucede, añade, es que en el intestino se producen neurotransmisores como la serotonina (reguladora del estado de ánimo) y la dopamina (reguladora de la felicidad, placer).

Por lo tanto, cuando hay una deficiencia, esto impacta también en el otro lado.

"Es bidireccional la comunicación", indica Palau, "esto significa que si yo tengo una alteración de mi estado de ánimo, por ejemplo, estrés, esto va a alterar, lesionar, modificar, mi microbiota intestinal”.

"Y si a nivel intestinal yo tengo alguna modificación o alteración, se puede modificar la liberación de neurotransmisores y entonces me va a afectar a nivel cerebral".

En su experiencia, la nutrióloga clínica comparte que el ánimo de los pacientes mejora y aumenta notablemente su energía cuando inician una alimentación diversa y colorida (frutas y verduras de diversos colores).

La nutrióloga Andrea Chávez trabaja en el Departamento de Formación para el Bienestar del Tec de Monterrey y atiende en su mayoría a estudiantes de entre 17 y 26 años.

Comparte que es frecuente recibir a pacientes jóvenes con una alimentación baja en nutrientes y con condiciones como trastorno límite de la personalidad, depresión y ansiedad. 

La nutrióloga Andrea Chávez comparte que es frecuente recibir a pacientes jóvenes con una mala alimentación y con depresión o ansiedad. (Foto: Canva)

Entre las principales problemáticas en los universitarios, agrega, es el bajo desempeño académico, dificultad para concentrarse, desmotivación y padecimientos gastrointestinales.

"Una mala nutrición va detonando que esto esté sucediendo", dice la especialista Chávez, "y con situaciones mentales emocionales en las que el paciente está muy estresado, sus niveles de cortisol, que es la hormona del estrés, están muy altos, entonces empieza a haber más inflamación”.

La nutrióloga del Tec de Monterrey ejemplifica que alimentos que contienen ácidos grasos Omega 3 y aminoácidos esenciales son muy importantes porque ayudan al funcionamiento y estructura de neurotransmisores del sistema nervioso.

"Una alimentación que está desequilibrada o que es deficiente o que nos lleva a una descompensación, sí puede generar que vayamos perdiendo nuestra concentración, nuestra capacidad de toma de decisiones", indica Chávez.

"Entonces sí tiene un impacto muy significativo y sí es común que por una mala alimentación se desarrolle un trastorno mental".

Con información de Reforma

Lo más leído

skeleton





skeleton