Agencias
MÉXICO, D.F.- Más de 50 por ciento de las mujeres ha sufrido de una infección urinaria y varias de ellas se contagian en baños públicos, por lo que un mexicano logró diseñar un dispositivo que permite a las mujeres orinar de pie sin necesidad de tocar el retrete.

Ernesto Guzmán Gaona, con 29 años de experiencia en la industria farmacéutica, es el inventor de este producto llamado "Pipie", que ya cuenta con patente y que pronto podría comercializarse en farmacias y tiendas de autoservicio.

Según publica Notimex, se trata de un cono de diseño y material especial que permite a las mujeres orinar de pie y con ello evitar contraer infecciones urinarias.

De acuerdo con Guzmán Gaona, el dispositivo lo desarrolló junto con un amigo. La idea partió de las molestias que sufrían su esposa e hija al usar baños públicos sucios en las carreteras del país.

"Viajábamos constantemente por carretera y los servicios sanitarios en gasolineras o restaurantes siempre estaban sucios, por ello nos dedicamos a diseñar este cono que está patentado desde hace tres años", explicó.

Refirió que las mujeres son propensas a contraer infecciones urinarias, pues en muchas ocasiones tienen que utilizar baños públicos sucios y eso es un factor de riesgo.

Según estudios, señaló, los baños de edificios de oficinas y en mayor medida de restaurantes y lugares públicos contienen diversos agentes patógenos que pueden desencadenar infecciones como la cistitis, una de las más comunes.

El invento surgió por la suciedad que impera en baños públicos

El producto se dirigirá a diversos mercados, como hospitales, donde las mujeres que han sido sometidas a una cesárea, por ejemplo, podrían beneficiarse con esta innovación, ya que en esas condiciones les cuesta trabajo sentarse en el retrete.

Para patentar su producto realizó primero un focus group o grupo focal para conocer la opinión de los usuarios. Para ello invitó a tres diferentes grupos: mujeres 20 a 25 años; de 30 a 50 años y papás solteros o divorciados que se quedan a cargo de sus hijas durante los fines de semana.

Según Guzmán Gaona, llamó la atención que los padres solteros aceptaran el producto con agrado, porque les permitía resolver la dificultad de llevar al baño a las niñas.

Las mujeres de entre 30 y 50 años también lo consideraron práctico, y las principales objeciones surgieron en las chicas de 20 a 25 años, quienes manifestaron por ejemplo ciertas preocupaciones estéticas, pues ¿cómo se iban a ver haciendo de pie en el baño del antro?

No obstante, al utilizar el dispositivo se dieron cuenta que el producto es seguro y en baños públicos puede ser un aliado, añadió Guzmán Gaona.