Brinda Diego por Navidad gracias a sus hijos

'Desde que tengo hijos, la festejo (la Navidad), antes la padecía. Ahora la celebro porque la vivo a través de sus ojos', señala el histrión.

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El actor celebra todo lo bueno que le ha dejado este año y desea que 2013 esté lleno de buenas cosas. (Agencia Reforma)
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Minerva Hernández/Agencia Reforma
MÉXICO, DF.- Ya no adopta una actitud de "Grinch" en cuanto el frío comienza a sentirse en el ambiente y el espíritu navideño invade a los seres humanos. Resignado, pero sonriente, Diego Luna acepta que prácticamente todo lo que sucede en su día a día ha cambiado desde que es padre, y la Navidad no es la excepción.

Hace años, prefería ignorar la fecha por considerarla un pretexto para el consumismo irracional, pero la llegada de sus pequeños, Jerónimo, de 4 años, y Fiona, de 2, ha desaparecido en él el sentimiento de molestia que estas celebraciones le generaban y las han convertido en una alegría compartida.

"Desde que tengo hijos, la festejo (la Navidad), antes la padecía. Ahora la celebro porque la vivo a través de sus ojos, de lo que representa para ellos.

"La misma relación con tus padres, la ves de otra manera; ahora te cuestionas todo. De repente, entiendes la parte de ser hijo, la de ser padre y te replanteas tu relación entera con tu figura paterna y materna. Cambian las perspectivas grueso", indica Diego en entrevista.

No sólo en fechas especiales como la Navidad, Diego se ocupa de estar cerca de sus pequeños, pues, a pesar de que en ocasiones su trabajo le impide estar con ellos todo el tiempo que quisiera, les dedica toda la atención que puede y presume sus logros, como el hecho de que Jerónimo ya lee y suma.

"Tenemos que acoplarnos, en esta vida nacieron, nacimos porque yo también, y mientras sepas dividir tu tiempo y atención y priorizar, se puede. Una cosa es el trabajo y otra lo fundamental. Siempre hay chance.

"Tampoco es que yo me vaya de jueves a domingo todas las semanas, como era con mi papá (el escenógrafo Alejandro Luna). Un rodaje es intenso, pero corto, y la edición es tardada, pero con tiempos como de oficina. Por ahora, a mis hijos no les llama la atención lo que hago, por suerte todavía hay muchas cosas que les atraen, no están en el monotema de 'quiero ser como mi papá'. Pero ya veremos".

Una vez que pasen las fiestas navideñas, Diego regresará al trabajo para hacer realidad el único objetivo que por ahora tiene para el 2013: estrenar la más reciente película que dirigió, Chávez: Fight in the Field, sobre César Chávez Estrada, líder sindical chicano de California de los años 60.

"Ya no aguanto más (quiero que la gente la vea), ha sido un proyecto larguísimo. El otro día sumaba los meses que llevo nada más editando y ya son siete. Es un proyectote comparado con las cosas que he hecho antes, Abel o J.C. Chávez.

"Sólo quiero tener tiempo para disfrutar eso y, lo que sea que le pase a la película, bueno o malo, aprender de eso. Además de estar con mi familia y ya. La verdad es que ha sido un año intensísimo", expresó.

Y lejos de creencias sobre el fin del mundo o las fechas de cambios radicales, Diego espera que el próximo año algo suceda en beneficio de la gente.

"Hay una sensación de que algo va a despertar, espero que acabe de despertar, sea lo que sea. Aunque los cambios van desde lo que haces en tu día a día, en tu relación con tu familia, tus seres queridos, con tus amigos, en tu casa, tu espacio. Pero hay algo que se siente como efervescente, que hace que me emocione mucho. Espero que realmente pase".

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