Sergio Lillo/ El País
MADRID, España.- La cultura maya ha sido desde hace varias décadas un enigma para las civilizaciones modernas, en especial la que se albergó en la península yucateca. 

Diversas instituciones de todo el mundo inician año tras año investigaciones que puedan revelar los secretos de esta cultura milenaria, apoyándose incluso de tesoros que no se encuentran en México, como es el caso de este códice.  

Y es que en alguno de los navíos españoles que iban y venían a la península yucateca y sus alrededores en el siglo XVI, 112 páginas mayas viajaron camino a Madrid. “Fue traído como un regalo”, especifica Galina Ershova, una de las mayores especialistas en la materia y líder del equipo que reinterpreta los pictogramas del Códice Trocortesiano que alberga el Museo de América de Madrid. 

Solo otros dos documentos mayas se conservan en la actualidad: en Dresde (Alemania) y en París (Francia).

El Trocortesiano, o códice Madrid, está dividido en dos fragmento. El Museo Arqueológico de España lo compró en el siglo
 XIX: la primera parte de 70 páginas pertenece a Juan Tro y Ortolano, profesor de paleografía española, y la segunda de 52 páginas, llamado Cortesiano se encuentra en Extremadura, provincia donde nació el conquistador Hernán Cortés. 

Sin embargo, éste es un único documento de seis mil 82 metros utilizado para organizar la vida de la civilización maya.

“El códice es un libro sacerdotal sobre el conocimiento de astronomía y calendario. Está basado en la organización de la vida en la sociedad maya (económica, ritual…) del período postclásico”, especifica Ershova, alumna de Yuri Knorozov, científico ruso que descifró la escritura maya en 1952.

A través de jeroglíficos e ideogramas (signo esquemático que representa ideas abstractas), los sacerdotes mayas registraron en fibras de agave el sistema de su sociedad

El subdirector del Museo de América de Madrid, Félix Jiménez Villalba, aseguraba en 2014 a este periódico que se pueden encontrar cuatro temáticas en el códice: la relación de las divinidades con las fiestas; las catástrofes naturales; las fiestas de la sociedad y actividades económicas.

Nuevo proyecto

En los años cincuenta, el equipo de Knorozov ya interpretó los códices mayas conservados, pero lo que Ershova pretende hacer ahora es “perfeccionar la traducción, revisarla y aportar comentarios de los mejores especialistas internacionales”. 

La investigadora rusa apunta que una tercera parte del documento está borrada, pero confía en que gracias a la tecnología se rescaten parcialmente esos apartados y todo aquello que no fue leído ni analizado hace 60 años.

Ershova ejemplifica la falta de algunos datos en los cincuenta con la famosa predicción apocalíptica que decía que la Humanidad desaparecería en 2012.

“En aquel tiempo no se podía entender de qué se trataban algunas cosas porque no había conocimientos suficientes. Por ejemplo, en 2012, cuando se hablaba de Bolon Yokte (dios de la guerra y el inframundo). En los códices aparece esto y ni siquiera Knorozov sabía de qué se trataba y ahora sabemos que se trata del ciclo del planeta Marte”.

El estudio se lleva a cabo gracias a la firma de un convenio entre el ministerio español de Educación, Cultura y Deporte, la Universidad Estatal Rusa de Humanidades y el Patronato de las Unidades de Servicios Culturales y Turísticos del Estado de Yucatán (México).

Para ello analizarán a máxima resolución las fotografías del códice facilitadas por el museo español. Tal parece que la cultura maya prehispánica aún tiene mucho que revelar.