Agencias
MÉXICO, DF.- Gritos “desgarradores” fueron escuchados afuera de la casa de Sandra. Nadie acudió a su auxilio, solo dos vecinos que pasaban por ahí vieron salir de la casa a un tipo delgado, con barbilla, vestido de negro y que cargaba una mochila negra pesada donde presuntamente llevaba el botín robado.

Un día después se supo que los gritos eran de agonía. Sandra falleció víctima de más de 50 puñaladas, una de ellas perforó el pulmón y otra parte del hígado. Según el reporte forense la joven, de 32 años, fue torturada durante varias horas y tardó más de tres horas en fallecer, desangrada, según informa Milenio.

Los familiares de Sandra ignoraban quién pudo cometer el homicidio. Si bien hablaba dos idiomas y carrera terminada, optó por dedicarse a la venta de ropa para cuidar a sus padres, un hombre con secuelas de derrame cerebral y una mujer con artritis reumatoide controlada.

Un día después su madre encontró el cadáver. Y aunque vivían relativamente cerca, justo el día del asesinato, se tomó pastillas para dormir ante los fuertes dolores; luego, al ver que su hija no acudió a desayunar ni contestaba sus llamadas, forzó la puerta y descubrió el cuerpo.

Meses atrás decidió abrir su cuenta de Facebook por presión de sus hermanas que vivían a dos o hasta 8 horas de distancia. Su temor de que alguien hiciera mal uso de la información la obligó a tener como contactos a sus familiares más cercanos. Jamás aceptó amigos de la escuela ni tampoco a compañeros del trabajo. Solo subía fotos personales, de la familia y dos imágenes de dos hombres extraños.

La policía del Estado de México, donde se lleva a cabo actualmente el juicio oral, estableció que la puerta de entrada nunca fue forzada, por lo que Sandra permitió el ingreso de su asesino. El peritaje indica que fue sometida, vejada y torturada.

Por días el Ministerio Público pretendió reducir el caso a un “asesinato pasional”, incluyendo en el expediente imágenes pornográficas. Sin embargo, la familia comenzó a presionar y fueron escuchadas por el entonces procurador, Alfredo Castillo, y luego por su sucesor, Miguel Ángel Contreras Nieto.

Las fotografías en Facebook de los dos individuos extraños fueron claves en la investigación. Una de ellas correspondía al asesino, quien se encuentra en calidad de presunto responsable en una cárcel de Tultitlán, Estado de México. Su foto permitió que, antes de que huyera del país, con destino a San Diego, EU, fuera detenido.

El individuo se dedicó a seducirla hasta convertirse en su novio. Sandra informó a sus hermanas de su decisión y proporcionó los datos de su identidad, pero debido a que resultaba demasiado violento y posesivo determinó dejarlo. Con el pretexto de recoger sus cosas, Sandra le dio acceso a su casa y ahí es cuando entraron sus cómplices que aún se encuentran prófugos.

Los vecinos que lo vieron salir aquella noche del 1 de agosto de 2011 determinaron presentarse por su propia voluntad a declarar. Así es como se determinó que se trataba del supuesto novio, a quienes los testigos de inmediato reconocieron entre las fotos sacadas de Facebook.

Hasta el momento se han llevado tres audiencias. El juicio oral ha pasado por cinco jueces, tres de ellos determinarán si condenan al individuo hasta con 70 años de cárcel en enero de 2013.