Campo de tiro, el posible origen de la bala que mató a Aideé

La familia de Aideé está convencida de que existieron negligencias

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La estudiante de 18 años de edad llegó sin vida al hospital, versión que contradice la de las autoridades capitalinas. (Foto: Notimex/Francisco Estrada)
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Agencias

México.- Profesores, trabajadores, alumnos y ex alumnos del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Oriente de la UNAM confirmaron que en las instalaciones de la Secretaría de la Marina-Armada de México (Semar), aledañas al plantel educativo, sí operaba un campo de prácticas de tiro.

De acuerdo con Notimex, los testigos señalan que en reiteradas ocasiones se escuchaban, hasta hace algunos meses, detonaciones durante las horas de clase.

A 21 días del homicidio de Aideé Mendoza Jerónimo, las investigaciones de la Procuraduría General de Justicia (PGJ) de la Ciudad de México continúan  sin avances. 

El 29 de abril, Aideé se encontraba tomando clases en el Edificio “P” del CCH Oriente, el lugar donde recibió un impacto de bala que acabó con su vida.

De acuerdo con Animal Político, la estudiante de 18 años de edad llegó sin vida al hospital, versión que contradice la de las autoridades capitalinas. 

El motivo por el cual demoró tanto su traslado al centro de salud, que estaba a menos de diez minutos del colegio, y la circunstancia y autoría del crimen, continúan sin esclarecerse.

La familia está convencida de que existieron negligencias en la atención de la emergencia pero siguen sin recibir avances de las autoridades. 

Estudiantes y profesores lamentaron la actuación de las autoridades capitalinas y de las autoridades universitarias por terminar el semestre anticipadamente y con ello apostar por el olvido y la impunidad en el caso.

La principal hipótesis de la PGJ es la una “bala perdida”, ello derivado de que se encontraron en la azotea del Edificio “P”, donde murió Aideé, varios “casquillos y ojivas de distintos calibres, entre ellos de nueve milímetros”, reconoció la procuradora Ernestina Godoy el pasado 4 de mayo.

Por su parte, la dependencia federal no ha realizado ningún pronunciamiento oficial y solamente la propia procuradora capitalina ha dicho que “estamos en contacto con la Secretaría de Marina. El jefe de la Policía de Investigación habló con ellos y ellos no tienen ese tipo de arma que pudiera disparar este calibre”.

Al respecto el profesor del CCH-Oriente Pedro “N”, quien pide el anonimato por temor a represalias del director del plantel y de autoridades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dijo que se ordenó a todo el personal no declarar, ni comentar nada respecto al caso de Aideé Mendoza, ello hasta que concluyan las investigaciones, e incluso se adelantó la terminación del semestre para evitar protestas y cuestionamientos de la comunidad del plantel.

El mentor lamentó la tibieza de las autoridades del CCH-Oriente y de la Rectoría de la UNAM ante este caso.

Mientras que Reynaldo Ortiz, exalumno del CCH-Oriente, confirmó que desde hace años funcionaba un campo de tiro de la Semar junto a las instalaciones estudiantiles. “De hecho el campo de tiro estaba o aún está junto a los campos de futbol del CCH. Sólo una barda de piedra de menos de dos metros nos separaba, cuando jugábamos oíamos los disparos”.

María Hernández, alumna del sexto semestre, refirió que por las mañanas y desde las canchas deportivas del CCH, por lo menos hace unos meses todavía se escuchaban las detonaciones.

Martín “N”, trabajador administrativo, confirmó que desde siempre el personal de limpieza y mantenimiento les han informado, incluso al director del CCH-Oriente, Víctor Efraín Terrazas, y al Sindicato de Trabajadores de la UNAM que han encontrado casquillos, balas, perforaciones en techos y paredes.

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