'El Chapo' y Los Zetas operan en Centroamérica
Según la ONU, operan en la región los carteles de Sinaloa y del Golfo y La Familia Michoacana.
Agencias
MEXICO, D.F.- La “mano dura” que han ejercido México y Colombia contra el crimen organizado ha generado que los cárteles de ambas naciones se desplacen a Centroamérica, donde no solo han retado a los gobiernos, sino amenazado de muerte a algunos jefes de Estado para lograr el control de la zona, según el portal de Milenio.
De acuerdo con el representante en México de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), Antonio Luigui Mazzitelli, hay informes que revelan que las condiciones de inseguridad son alarmantes en esa región.
“La situación en algunas naciones centroamericanas es realmente alarmante. En Guatemala y Honduras los jefes de Estado han recibido amenazas de muerte por parte de las asociaciones delictivas”, precisó.
“Ambos países, junto con El Salvador, han movilizado a sus fuerzas armadas y las han mandado a patrullar su territorio, lo que responde a una creciente inseguridad y aumento del crimen en general, así como al incremento de los homicidios relacionados con el narcotráfico.”
El funcionario de Naciones Unidos señaló también que “algunos reportes evidencian la presencia del cártel de Sinaloa, de Los Zetas y, en menor medida, del cártel del Golfo y de La Familia michoacana en la zona”, señaló.
En un artículo titulado “Influencia de los cárteles mexicanos en Centroamérica”, publicado en el Atlas de la Seguridad y la Defensa de México 2012, Mazzitelli comentó que el mayor riesgo que enfrenta la región es la expansión de organizaciones delictivas nacionales.
El cártel de Sinaloa, que lideran Joaquín El Chapo Guzmán e Ismael El Mayo Zambada, opera en la región del Pacífico de Guatemala, Honduras y El Salvador, con elementos que se mueven en Nicaragua, Costa Rica y Panamá, se señala en el informe.
En tanto, se añade, Los Zetas han enfocado su expansión a la costa caribeña, con amplia presencia en Guatemala y cada vez más en Honduras, Costa Rica y Nicaragua.
Detalló que ante los golpes de las policías, los narcotraficantes comenzaron a trasladar sus operaciones a Centroamérica, produciendo el llamado efecto cucaracha. “En esencia, al recibir el golpe en sus países de origen, los grupos criminales colonizan nuevos territorios”.
Mazzitelli destacó que el futuro de los grupos menores de narcotraficantes que operan en dicha región dependerá de una combinación de dos factores:
“La confrontación entre el cártel de Sinaloa y Los Zetas que se lleva a cabo en México —y en algunas áreas particulares de América Central, como en Guatemala y Honduras— y el resultado de la vigorosa persecución contra éstos realizada por autoridades mexicanas. En el corto y mediano plazos se puede esperar que los grupos de traficantes y criminales mexicanos más pequeños se alineen a los grandes”, señaló.
Principales bandas
El representante en México de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito manifestó también que existen diferencias fundamentales en la naturaleza y la dimensión de esos grupos delictivos, a los que considera las “principales” agrupaciones delictivas mexicanas.
Precisó que el cártel de Sinaloa genera todos sus ingresos de la producción y el tráfico de drogas, mientras Los Zetas, si bien “no parecen estar especializados” en ninguna actividad criminal particular, emplean la intimidación y la violencia para imponer su posición dominante.
“Sus acciones se enfocan a garantizar que cada operador activo en su área les pague una parte de sus ganancias (derecho de piso) y no obedecer es castigado con violencia. En este contexto, mientras el cártel de Sinaloa tiene el objetivo de controlar las rutas de tráfico, Los Zetas pretenden controlar el territorio por donde éstas pasan”, añadió.
Los Zetas, abundó, operan con un sistema que se propaga cuando se suman de forma progresiva células independientes y autosustentables, creadas para ocupar nuevos territorios.
Asimismo, precisó, realizan misiones exploratorias para evaluar la situación en otros terrenos y establecer contactos con posibles asociados locales con el fin de generar nuevas células. Los criterios utilizados para determinar dónde conviene introducir a sus células son hasta ahora desconocidos, se explica en el informe.
“Probablemente las decisiones sean tomadas con base en una combinación de factores, como el debilitamiento de las instituciones del Estado y de otras organizaciones delictivas locales; importancia estratégica y económica del territorio, y conocimiento y contactos previos con otros criminales del área.