Agencias
CIUDAD DE MEXICO.- México anunció que trabajará con Centroamérica para atender el fenómeno de la migración, más allá de los controles que han generado protestas de grupos humanitarios, los cuales acusan al gobierno de "hacer el trabajo sucio" a Estados Unidos.

De acuerdo con ansalatina.com, el secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray Caso, se reunió en San José, Costa Rica, con sus contrapartes de los países centroamericanos y de República Dominicana, con quienes acordó mantener "un intercambio continuo de información".

En la junta del Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), el canciller mexicano refrendó la importancia que su país "concede a Centroamérica en su política exterior", según un comunicado oficial. Los cancilleres mostraron su disposición de "trabajar juntos para que los flujos migratorios se desarrollen de manera ordenada, y con respecto a los derechos humanos, bajo una perspectiva integral y de responsabilidades compartidas".

El SICA fue creado en 1991 y está integrado por Belice, Costa Rica, el Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá y República Dominicana, con la mira de impulsar la integración regional y México funge como observador desde 2004. México y esta región son el blanco principal de la política migratoria de Trump, calificada de xenófoba, pero los indocumentados centroamericanos llevan la peor parte porque sufren a su paso por el país azteca y al llegar a Estados Unidos.

En Estados Unidos no gozan del mismo apoyo que tienen los mexicanos de sus consulados y suelen ser el "último eslabón de la cadena" de hostigamiento que sufren los indocumentados en ese país.

El gobierno mexicano mantiene una estrategia llamada Programa Frontera Sur desde julio del 2014, que fundamentalmente lo que hace es frenar la migración centroamericana hacia Estados Unidos.

Inclusive, hay versiones no confirmadas de que un grupo de la agencia de Aduanas y Migración de Estados Unidos (ICE) opera en la frontera de México con Guatemala, aunque se ignora exactamente la cifra de efectivos.

La política agresiva de Trump podría modificar la actitud de "cooperación" que ha mantenido el gobierno mexicano para contener la corriente migratoria centroamericana hacia Estados Unidos, integrada entre otros por niños no acompañados, de acuerdo con algunos expertos.

El encuentro de cancilleres ocurrió en medio de llamados de senadores de la oposición al ministerio de Gobernación y a la Cancillería para "garantizar el respeto a los derechos humanos de los migrantes" en el país.

"Debemos brindarles la protección adecuada conforme a los estándares internacionales de derechos humanos y subsanar las carencias de los instrumentos legales de protección a los migrantes con base en una visión humanista", afirmó Luis María Beristáin, del Partido de la Revolución Democrática (PRD).

El año pasado atravesaron territorio mexicano unos 400 mil centroamericanos, pero en los últimas semanas, después del triunfo de Trump en las elecciones, existen algunos indicios de que ha descendido este flujo.

El Movimiento Migrante Mesoamericanos (MMM) señaló hace unos días que algunas declaraciones de Videgaray hacen pensar que México podría usar la migración centroamericana "como moneda de cambio" ante la administración de Trump.

Rubén Figueroa, integrante del MMM, dijo que "en los últimos años de la administración de Obama, México sirvió de "muro" para los migrantes centroamericanos y evitó así la llegada de miles de personas de esa región a la frontera con Estados Unidos". El gobierno mexicano "persiguió y deportó a más migrantes que las propias autoridades estadounidenses", afirmó.

Actualmente, ante el endurecimiento de la política de Trump, en México hay numerosos refugios operados por las Iglesias católica y Metodista que están totalmente saturados.