Jaime sólo espera crecer para vengarse del narco
Menores de edad se convierten en blanco fácil de la delincuencia y son reclutados para la distribución de drogas, indica una organización.
Agencias
MÉXICO, D.F.- Los niños, sea como instrumentos de las bandas criminales o como huérfanos e hijos de personas desaparecidas, son las principales víctimas de la estrategia contra las drogas que libra el gobierno mexicano desde hace 7 años.
Mientras el balance de esta guerra arroja hasta ahora más de 100,000 muertos, 27,000 desaparecidos y unos 250,000 desplazados, todavía no existen parámetros para evaluar la secuela brutal que dejará la espiral de violencia en los niños mexicanos.
Los menores de edad suelen ser, a juicio de los expertos, las víctimas ideales para el crimen organizado, que ve en ellos una mano de obra "fácil de conseguir y muy barata", según estudios sobre el tema citados por la agencia Ansa Latina.
La Red por los derechos de la Infancia en México (REDIM) estima que 27,000 niños trabajan directamente para el narcotráfico.
El estudio "Los Menores de edad en la delincuencia organizada", realizado por esta organización civil, indica que los niños son utilizados para cometer delitos de todo tipo, desde robos sin importancia hasta asesinatos.
"Este fenómeno tiene lugar en todo el territorio mexicano, pero la frecuencia es mayor en las áreas más pobres y marginadas, donde las armas, la violencia y las drogas son parte de la delincuencia organizada", señala el documento.
Pero "en un momento dado es la única opción que tienen los menores para satisfacer sus necesidades", agrega.
Niños del narco
En la Zona Metropolitana de Monterrey, de enero de 2010 a octubre de 2012 la población en los reformatorios para menores de edad subió de manera alarmante en un 424%, y 80% de los detenidos fueron acusados de delitos mayores.
El problema de los "niños del narco" está estrechamente ligado con circunstancias económicas y sociales.
Por ejemplo, en el estado de Chihuahua, fronterizo con Estados Unidos, la industria maquiladora ha dado empleo a miles de madres solteras que son el único sostén de su familia y al ir a trabajar dejan a sus niños y adolescentes solos en casa desde muy temprano y hasta entrada la tarde.
Se calcula que cerca de 100,000 niños menores de seis años se quedan solos en sus viviendas mientras sus madres trabajan en Ciudad Juárez y automáticamente se convierten en blanco fácil para ser reclutados como "halcones" (vigilantes) o como vendedores de droga al por menor por las pandillas.
Teresa García, presidenta de la asociación civil Casas de Cuidado Diario, indica que los "niños que se quedan solos o cuidados por sus hermanos mayores, crecen sin apego a la familia" y salen a la calle a cualquier hora, convirtiéndose en presa fácil de las pandillas.
En Torreón, Coahuila, en la zona conocida como La Laguna, hay numerosos huérfanos de víctimas de la violencia o desaparecidos, que ya reflejan una mentalidad perturbada.
Venganza
Ramiro Ornelas, psicólogo e integrante de la asociación civil Grupo Vida, dedicada a familiares de desaparecidos y víctimas de homicidios, señala que a sus ocho años Jaime le ha expresado a su abuela que espera "crecer para matar" a los asesinos de sus padres.
El niño es de los pocos huérfanos por la violencia vivida en Torreón que reciben atención psicológica para superar el trauma que vivieron.
En la ciudad suman cerca de 150 niños los que han perdido a uno o a sus dos padres por la violencia de los últimos años.
Frecuentemente, los familiares ocultan la situación para evitar que sean discriminados en el ambiente escolar y en sus comunidades.
Las instituciones gubernamentales se muestran incapaces de tomar medidas al no estar preparadas para atender los efectos colaterales de la violencia, afirma Ornelas.