José Antonio Belmont/Milenio
MÉXICO, D.F.- Una mujer urdió su propio secuestro para ocultar una borrachera y justificar no llegar en tres días a su casa, para lo cual involucró a siete presuntos invitados a una fiesta en un inmueble de la colonia Centro, quienes fueron detenidos por la policía.

Tras reconocer que se trató de una mentira, la mujer fue liberada bajo advertencia. Sin embargo, con las reformas y adiciones a la ley antisecuestro que aprobó la Cámara de Diputados, ahora puede pasar en prisión de entre tres a seis años.

En entrevista, Jorge Sotomayor, diputado federal del PAN, recordó que antes de las modificaciones a la Ley General para Prevenir y Sancionar los Delitos en Materia de Secuestro se preveía un castigo de 100 a 350 jornadas de trabajo a favor de la comunidad a quienes incurrieran en dicha simulación.

Con las reformas, aclaró, ahora se impondrán sanciones de entre tres y seis años de prisión a quien simule por sí mismo, o a través de otra persona, su privación de libertad para obtener algún rescate o beneficio. 

También, dijo, se aumenta de seis a ocho años de cárcel la pena para quienes simulen la privación de la libertad de otra persona.

Sotomayor consideró que se tenían que hacer estas modificaciones en concordancia con la aprobación la semana pasada del Código Único de Procedimientos Penales, así como para evitar casos de “capricho”, como el de esta mujer, que distraen la labor de las autoridades en investigaciones de secuestros verdaderos.

En el caso de la mujer, luego de que los familiares denunciaran el supuesto secuestro, la madrugada del lunes 10 de marzo de 2013 ésta fue “rescatada” por uniformados.

Irrumpieron en el departamento 16 del edificio número 104, ubicado en la calle Revillagigedo, donde arrestaron a seis mujeres y un hombre. 

Los parientes explicaron a los policías que la mujer había conocido a varias jóvenes a través de redes sociales el viernes 7 de marzo, quienes la invitaron a una fiesta al siguiente día por la noche en el departamento en dicha ubicación.

La presunta víctima relató que la fiesta se prolongó hasta el domingo por la tarde y cuando avisó a sus amigas que era tarde y tenía que regresar a su casa la amenazaron y le impidieron la salida. Afirmó que le dijeron que le hablara por teléfono a algún familiar para solicitar un rescate.

Al ser interrogada inicialmente por policías de la SSP-DF y posteriormente por agentes de la Procuraduría capitalina, la joven reconoció que todo se trató de un engaño.