Patricia Tapia/Milenio
MÉXICO, D.F.- Petróleos Mexicanos iniciará este mes la segunda fase del proyecto de combustibles limpios para diésel ultra bajo azufre en cinco de sus seis refinerías, con una inversión prevista de cuatro mil millones de dólares.

El proyecto involucra a las refinerías de Madero, Tamaulipas; Salamanca, Guanajuato; Minatitlán, Veracruz; Tula, Hidalgo, y Salina Cruz, Oaxaca, y se enmarca en las inversiones anunciadas por el presidente Enrique Peña Nieto a principios de diciembre pasado.

De acuerdo con Pemex, con la conclusión de la etapa de diseño de las ingenierías básicas, la construcción de las plantas comenzará este mes, y se tiene estimado que entren en operación en el primer semestre de 2018, con lo que se cumplirá la norma oficial mexicana de emergencia, NOM-EM-005-CRE-2015, referente a las especificaciones de calidad de los petrolíferos.

En detalle, se construirán 12 plantas y se modernizarán 14, también se instalarán sistemas complementarios y servicios auxiliares integrados a estas refinerías.

Con esa nueva infraestructura, la petrolera producirá diésel de alta calidad, con lo que bajará su concentración de azufre de 500 a 15 partes por millón, para una reducción de emisiones de 12 mil toneladas anuales de bióxido de azufre.

De los cuatro mil millones de dólares de inversión, 58 por ciento provendrá de inversionistas privados.

Es así que en Salina Cruz el monto ejercido será superior a mil millones de dólares, donde las obras las realizará el consorcio Foster Wheeler-Arendal.

En la refinería de Madero se invertirán más de mil millones de dólares y los trabajos estarán a cargo de la compañía ICA Flour Daniel.

En la de Minatitlán las inversiones representan 700 millones de dólares, los trabajos estarán a cargo de la empresa Treunidas México Ingeniería y Construcción; en tanto que en la de Tula se invertirán más de 600 millones de dólares, para un contrato con Avanzia Instalaciones.

Para Salamanca se destinarán más de 500 millones de dólares, donde estará Samsung Engineering.

Asimismo, se espera que esos proyectos generen más de 12 mil empleos directos y 31 mil indirectos.

Sin precisar el volumen, Pemex indicó que con dichos proyectos se pretende reducir la importación de diésel, lo cual no solo beneficiará la balanza comercial del país, sino que impulsará las economías de las zonas donde se ubican las 
refinerías.

De enero a noviembre de 2015 (últimos datos), la empresa reportó en promedio una importación de 148 mil barriles diarios de diésel.

“El desarrollo del proyecto de Pemex de combustibles limpios en su fase diésel constituye un soporte para enfrentar con éxito los retos que representa un ambiente competitivo en el mercado”, concluyó.