'Tome agua'... del grifo, recomiendan en el DF
Autoridades locales impulsaron una ley para fomentar el consumo en restaurantes, como medida contra la epidemia de obesidad.
Agencias
MÉXICO, D.F.- "Tome agua", es una recomendación extraña para los habitantes de la Ciudad de México que hace tiempo cambiaron su consumo de agua de grifo por embotellada, así como para los numerosos turistas que vienen de visita cada año y temen sufrir la llamada "venganza de Moctezuma" (diarrea).
Sin embargo, una ley aprobada en fecha reciente por los legisladores locales obligará a todos los restaurantes en la capital a que instalen filtros, de forma que ofrezcan agua potable gratuita a los clientes sin que les cause problemas estomacales u otras enfermedades.
"Necesitamos cambiar y crear una cultura de consumo de agua", dijo el doctor José Armando Ahued, secretario de Salud del Distrito Federal. "Necesitamos crear una cultura de aceptación del agua".
Debido en parte a la mala calidad del agua de grifo, México se convirtió en el mayor consumidor de agua embotellada en el mundo y -peor aún- de bebidas gaseosas dulces, alrededor de 163 litros (43 galones) al año por persona.
Ante la obesidad epidémica nacional, la Secretaría de Salud del Distrito Federal decidió apoyar la iniciativa para el consumo de agua.
Las autoridades de la capital han dado un plazo de seis meses a 65 mil restaurantes para que instalen los filtros una vez promulgada la ley a finales de este mes.
Los inspectores sanitarios efectuarán visitas periódicas e impondrán multas equivalentes a entre 125 y 630 dólares a los locales que incumplan la normativa. La ley no abarca a los miles de puestos callejeros de comida en la Ciudad de México.
Algunos restaurantes ya tienen filtros. Sin embargo, cuando el consultor de negocios José Frank fue con dos compañeros a comer tacos al establecimiento Yucatan Cravings en el sector turístico de la Zona Rosa, todos pidieron agua embotellada.
"Me da miedo (beber agua del grifo) por todo lo que se habla. A mí del todo no me da seguridad. Yo prefiero mi botellita", dijo Frank.
La desconfianza generalizada hacia el agua del grifo tiene sus razones.
Debido al poderoso terremoto que sacudió la ciudad en 1985 quedaron averiadas numerosas tuberías del agua y de drenaje, lo cual aumentó los casos de enfermedades transmisibles en el líquido, en tanto que las autoridades atribuyeron a los sistemas de suministro la propagación del cólera en la década de 1990.
Los turistas temen sufrir diarrea por los microbios que pudieran venir en el agua no potable. Es una situación de tan mala fama que el agua contaminada es tema en una de las películas de "Sex and the City", en la que la protagonista Charlotte sufre las consecuencias de abrir accidentalmente la boca mientras tomaba una ducha en un lugar turístico en México.
La Secretaría de Salud de la Ciudad de México dijo que el agua potable que se surte a la capital está limpia en 95 por ciento, de acuerdo con las revisiones que se efectúan a diario a los niveles de cloración en las diversas plantas potabilizadoras.
Sin embargo, los expertos destacan que, aunque el agua en la capital sale de las plantas con calidad potable, llega a los consumidores después de un recorrido por tuberías subterráneas antiguas hasta tanques sucios en las azoteas.
Prefieren la embotellada, aunque sea cara
Los mexicanos consumen al año 260 litros (69 galones) de agua embotellada per cápita, principalmente en envases de 20 litros (cinco galones) que se entregan en camiones a restaurantes y casas.
El volumen de agua embotellada consumida en Estados Unidos es de 116 litros (31 galones), de acuerdo con José Martínez Robles, consultor de la firma Beverage Marketing Corp., con sede en Nueva York.
El agua embotellada no es barata en la Ciudad de México. Los envases grandes pueden costar más de un equivalente a dos dólares en un país donde el salario mínimo diario ronda el equivalente a cinco dólares. Un litro de agua embotellada cuesta entre un equivalente a 50 centavos de dólar y un dólar.