Paraguay inunda a México de cigarros de contrabando

Seis de las marcas ilegales que más se venden en México son producidas por la empresa Tabesa, de Horacio Cartes.

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El presidente de Paraguay, Horacio Cartes, asegura tener la conciencia tranquila en cuanto al problema de contrabando de tabaco que hay hacía México. (Archivo/EFE)
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Víctor Hugo Michel/Milenio
MÉXICO, D.F.- El presidente de Paraguay, Horacio Cartes, se está enriqueciendo a manos llenas con el contrabando de tabaco a México. Seis de las marcas de cigarrillos ilegales que más se venden en el país son producidas por su empresa, Tabacos del Este SA (Tabesa), y de forma directa e indirecta obtiene grandes beneficios con el creciente mercado ilegal en territorio mexicano.

Aun fuera de norma y sin pagar impuestos, hoy es posible encontrar cajetillas de Tabesa en tiendas y puestos por todo el país, al alcance de millones de consumidores mexicanos. Embarques de cigarrillos del emporio de Cartes han sido descubiertos por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) y la PGR lo mismo en Mazatlán y Veracruz que Ciudad Juárez y Chetumal, incluso en el Distrito Federal. 

La empresa paraguaya, se estima extraoficialmente, ha sido tan exitosa en inundar México con sus productos que ya acaparó entre 2.5 y siete por ciento del mercado nacional clandestino de cigarrillos. Y ese no es un hecho sin consecuencias. El gobierno federal y la industria del tabaco temen porque la venta de cajetillas de contrabando no solo ha lacerado las finanzas públicas con un hueco de cinco mil millones de pesos anuales, sino que se ha convertido en una importante fuente de ingresos para grandes imperios del crimen organizado, como Los Zetas y el cártel de Sinaloa. Entre un mar de pequeños contrabandistas, ambas agrupaciones ya controlan parte de la distribución de cigarrillos ilícitos en territorio nacional (Contienen Autoridades entrada de Tabaco Ilegal, MILENIO, 25/08/2014).

“Hemos detectado muchas cajetillas de origen paraguayo en México. Después de las de origen asiático, son de las más comunes”, admitió Álvaro Pérez, comisionado de Operación Sanitaria de la Cofepris. 

Paraguayas, indias o chinas

En el país el contrabando de tabaco tiene muchos orígenes y es un fenómeno que lleva ya varios años en ascenso. Pero a diferencia de marcas de países como Vietnam o Indonesia —muchas veces producidas en fábricas frente de las que no hay datos ni direcciones—, las de Paraguay tienen un detalle atípico: son cien por ciento rastreables. Su propiedad llega a lo más alto de su clase política. Están vinculadas con nombre y apellido con el presidente de ese país, quien estará en México esta semana. Participará en la Cumbre Iberoamericana en Veracruz.

La clave para conocer su origen yace en el anverso de muchas de las cajetillas paraguayas confiscadas por la Cofepris: llevan la leyenda “Producido en Tabacos del Este SA”. Dirección: Ybyrá Pita y Mandarinas-Villa Conavi II. Es la compañía propiedad de Horacio Cartes, el presidente número 56 de Paraguay, dueño del Club Libertad, uno de los hombres más ricos de su país y cuya corporación, presume en su sitio de internet, “está en constante crecimiento”. 

En México, por ejemplo, donde sus productos están contribuyendo a un mercado que alimenta a algunas de las más violentas organizaciones criminales, sangra al erario nacional y, por si fuera poco, pone en jaque los esfuerzos por reducir el consumo de tabaco entre la población. En julio pasado, la Cofepris emitió alertas para las siguientes marcas de la empresa de Cartes: Ibiza, Laredo, San Marino, San Marino Rojo, San Marino Verde y Palermo.

“Los cigarros ilegales constituyen un riesgo a la salud de la población, ya que puede tratarse de producto falsificado, adulterado o, incluso, elaborados con ingredientes desconocidos”, alertó la dependencia federal en ese entonces. Una de las preocupaciones principales es su bajo costo, de 10 pesos por cajetilla, lo que les hace más accesibles a sectores altamente vulnerables, como adolescentes y niños.

En Tepito es fácil encontrar las marcas de Tabesa. Son de las más baratas y populares.

—¿Palermo, Ibiza y San Marino? Pásele joven, pásele. Aquí los tenemos. ¿Cuántas quiere llevarse? —anima un vendedor. Su puesto, a la altura de Eje 1 Norte, tiene a la vista del marchante un crisol de marcas de tabaco de contrabando.  Hay cartones enteros de marcas paraguayas.

Aunque típico para un mercado que comercia con productos piratas como Tepito, este puesto también representa el último eslabón de una cadena de negocios ilegales que inicia 6 mil 500 kilómetros al sur, en Paraguay, en Ciudad del Este. Es ahí en donde se localiza la principal fábrica de Tabesa, en la que se produce un impresionante promedio de mil 500 millones de cigarrillos al mes.

'El contrabando es un problema aduanero'

Como el productor de armas que niega su responsabilidad —“las armas no matan a la gente, la gente mata a la gente”— Cartes rechaza tener culpa alguna en que sus productos estén inundando la región. “Para mí, el contrabando es un problema aduanero. Nosotros no hacemos ningún contrabando, tenemos la conciencia tranquila. Es lo mismo que Nestlé. No es la responsable de que venga la leche Nido acá”, razonó en una entrevista concedida al diario ABC de Asunción en marzo de 2012, cuando contendía por la presidencia.

Podrá ser. Pero si sus cigarros se están vendiendo como panes calientes, el dinero termina en sus arcas, sea legal o no. Las cifras que reporta Paraguay abren el espacio a la duda de por qué ese país produce mucho más de lo que necesita: las fábricas paraguayas elaboran 67 mil millones de cigarrillos al año, pero sus fumadores solo consumen 2.7 mil millones. La sobreproducción es evidente: si su población es de 6.8 millones de personas, cada mujer, niño y hombre tendría que fumarse 9 mil cigarros, algo que evidentemente no sucede.

¿Adónde va el resto de los cigarrillos de Cartes? La respuesta, dicen sus críticos, es que al mercado negro. 

“Si la pregunta es a dónde están yéndose todos esos cigarrillos, la realidad nos dice que lo están enviando de contrabando a toda América Latina”, dice Luciano Stremel, director del Instituto de Desarrollo Económico y Social de Fronteras de Brasil (Idesf).

Las cifras de autoridades aduaneras de todo el continente así lo atestiguan. Miles de millones de cigarrillos surgidos de las líneas de producción de Tabesa han sido descubiertos en Argentina, Brasil y Colombia en la última década, lo que ha llevado que las acusaciones de que Cartes es un beneficiario del contrabando crezcan. Y ahora, en México.

Al mandatario paraguayo los medios brasileños le llaman “el emperador del humo”. El gobierno colombiano lo tiene demandado por promover la entrada ilegal de cigarrillos. Pero no son los únicos reclamos. En 2009, la DEA de Estados Unidos lo investigó por lavado de dinero y contrabando de tabaco desde Paraguay a la Unión Americana.

Un cable dado a conocer por Wikileaks, fechado el 5 de enero de 2010, da una idea de la opinión que hay en Washington sobre el presidente paraguayo: “se ha decidido introducir un segundo agente infiltrado en el círculo Cartes y sus lugartenientes (…) para desmantelar exitosamente su cártel”.

Para llegar a México, los cigarrillos de Tabesa recorren un camino sinuoso pero a la vez muy corto que inicia muy cerca de la frontera entre Paraguay y Brasil, en una zona que dominan organizaciones criminales. Lo más parecido a Ciudad Juárez, al sur del continente.

Es la triple frontera, el paraíso de los contrabandistas. 

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