¿Irá el expresidente Lula a la cárcel?

Su posible enjuiciamiento por corrupción podría sepultar definitivamente su candidatura presidencial de 2018.

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Lula es acusado de encabezar la trama de corrupción de Petrobras, cosa que, por supuesto, él niega. (AP/Andre Penner)
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Agencias
RÍO DE JANEIRO, Brasil.- La pregunta es breve y se la formula prácticamente todo el mundo político brasileño, ¿Luiz Inácio Lula da Silva irá preso y tendrá suspendidos sus derechos políticos?. La semana próxima comenzará a despejarse el interrogante cuando el implacable juez Sergio Moro decida si lo procesa como el responsable máximo de la asociación ilícita que perpetró el "Petrolao".

Fue el ministerio Público Federal, en una acusación presentada el miércoles último, el que imputó al expresidente haber controlado los hilos de la trama de sobornos, lavado de dinero y estafas en torno a la petrolera estatal Petrobras, informa Ansa Latina.

Deltan Dallagnol, el procurador federal del estado de Paraná, responsable de la acusación, afirmó que sería imposible que ese engranaje mafioso pudiera operar durante años sin la venia de Lula.

A quien Dallaganol caracterizó como el "jefe" y "comandante" de aquella trama.

El joven procurador de 38 años, que se define como un "seguidor de Jesús" por sobre todas las cosas, fue enfático en su imputación en una conferencia de prensa extensa.

'El primer trabajador'

El jueves Lula lloró al rebatir a "esos chicos del Ministerio Público", a los que no citó por sus nombres, aunque los conozca muy bien, especialmente al famoso Dallagnol. Político nato, astuto, y todavía bastante popular, el fundador del Partido de los Trabajadores hizo una puesta en escena de carácter político para rebatir una acusación jurídica.

Se rodeó de dirigentes sociales y sindicales, y de la cúpula del PT para defenderse, con un repaso de su biografía de "cabra", como son llamados los campesinos humildes del nordeste brasileño, que luego fue sindicalista y terminó siendo "el primer trabajador" electo presidente de la República.

Llevó el pleito con la Procuraduría al terreno en el que es más competente y lo quitó del ámbito técnico-jurídico al dedicar menos de 2 minutos para negar ser el dueño de un apartamento que, según la denuncia, compró con dinero sucio del Petrolao.

La exposición del procurador y el relato de Lula fueron los hechos de la semana, y la mayoría de los observadores coinciden en que el duelo discursivo lo ganó el fundador del Partido de los Trabajadores. El columnista estrella de la cadena de radios del grupo Globo, Arnaldo Jabor, lamentó el "espectáculo" dado por el procurador Dallagnol, un "joven valioso e inteligente" que todavía está falto de "experiencia" política. Jabor es un analista que no esconde sus preferencias, él mismo se ha definido como un "defensor a muerte" de los fiscales y un crítico del "populista y demagogo impulsor del atraso" Lula, culpable de "legado nefasto para el país".

La Orden de Abogados de Brasil, que apoyó todo el proceso por el "Petrolao", también recomendó más mesura al procurador Dallagnol para garantizar la credibilidad de la Justicia.

Es decir: Lula venció este round inicial ante un procurador conocido por su ímpetu en la guerra contra la corrupción aunque carente de astucia política para dirigir una causa que no se agota en los estrados. Tiene extraordinaria repercusión política y mediática.

Vía libre

La semana próxima Lula da Silva se las verá con un juez muy popular y bastante medido en sus declaraciones, que es Sergio Moro, responsable de la causa "Lava Jato", que desde 2014 está a cargo del proceso por el "Petrolao".

Según el propio Moro dejó trascender posiblemente el lunes anuncie si hace lugar a la denuncia de los fiscales, y la mayoría de los comentaristas consideran que dará via libre a la misma.

Esto ya repercutirá en los medios tanto o más que los hechos de la semana pasada, pues Lula se convertiría en "reo" del proceso por las estafas a Petrobras.

Moro puede o no ordenar la prisión del expresidente, ese es un escenario abierto.

Esto dependerá de varios factores, entre ellos el "termómetro" de la calle: si el magistrado percibe que habrá una reacción enardecida del público, tal vez evite una prisión preventiva.

Moro ya tomó nota de la rápida repulsa de una parte de la opinión pública cuando ordenó la detención por unas horas de Lula en marzo pasado.

Golpe letal

De todos modos el gran combate de esta guerra, será la sentencia de Moro, que para el grueso de los observadores sería una condena a Lula, que representaría un golpe letal para su carrera política.

Debido a la Ley de la Ficha Limpia, si Lula es hallado culpable, luego podrá apelar al tribunal de alzada, y si éste la ratifica la condena, quedará privado de sus derechos políticos por ochos años.

En otras palabras, no podrá ser candidato presidencial en 2018, lo cual significaría un golpe fulminante, acado letal, para su vida política y, por elevación, para el Partido de los Trabajadores.

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