La gente está cansada de los sacerdotes 'a la moda': Papa a obispos

Francisco les advirtió que el pueblo de Dios está cansado de encantadores mentirosos.

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El Papa les pidió a los obispos a no acostumbrarse 'a la rendición' ni inventarse 'discursos amargos'. (AP/Gregorio Borgia)
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Agencias
CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Francisco advirtió hoy a un grupo de obispos de diversos países que la gente “está cansada” de los “encantadores mentirosos”, de los sacerdotes y de los prelados “a la moda”.

“La gente huele, porque el pueblo de Dios tiene intuición, y se aleja cuando reconoce a los narcisistas, los manipuladores, los defensores de las causas propias, los abanderados de vanas cruzadas”, dijo durante una audiencia en la Sala Clementina del Palacio Apostólico del Vaticano.

A los obispos de reciente nombramiento, que asistieron estos días en Roma a un curso sobre cómo realizar su labor pastoral, les garantizó que sólo pueden ofrecer “al mundo mendigo” la bondad, la belleza, la verdad, el amor y el bien, según publica Notimex.

“No se trata de atraer a si mismo; el mundo y el pueblo de Dios está cansado de encantadores mentirosos. Y me permito de decir de sacerdotes a la moda o de obispos a la moda. Más bien traten de seguir a Dios”, insistió.

Más adelante les pidió no acostumbrarse “a la rendición” ni inventarse “discursos amargos” para justificar la propia falta de ganas ni la comodidad que bloquea bajo la excusa de los lamentos. “Los lamentos del obispo son cosas feas”, exclamó.

Al contrario, los llamó a mirar a sus feligreses con una nueva perspectiva, con la mirada de la unidad y no dejar de intentar nada para llegar a ellos, no ahorrar esfuerzo alguno para recuperarlos.

“Tantos hoy se enmascaran y se esconden. Aman construir personajes e inventar perfiles. Se vuelven esclavos de los míseros recursos que recogen y a los cuales se aferran como si bastaran para comprarse el amor que no tiene precio”, constató.

“No soportan la sorpresa de saberse conocidos por alguien que es más grande y no desprecia nuestro poco, y más santo y no nos hecha en cara nuestra debilidad, es bueno de verdad y no se escandaliza de nuestras heridas. No sea así para ustedes: dejen que el escalofrío los recorra, no lo remuevan ni lo silencien”, siguió.

El Papa solicitó a los obispos cuidar la formación de los futuros sacerdotes, sin dejarse tentar por los números ni la cantidad de las vocaciones, buscando siempre la calidad.

Instó a acompañar a los seminaristas para que no caigan presas de los propios caprichos o esclavos de las propias fragilidades, sino libres de “abrazar lo que Dios les pida”. Y les recomendó estar atentos cuando un seminarista se refugia en la rigidez porque “abajo siempre hay cosas feas”.

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