Agencias
CONAKRY, Guinea.- Un médico que se contagió de ébola superó todos los pronósticos negativos y sobrevivió a la fiebre hemorrágica, pero sigue teniendo un problema más: El estigma de la mortífera dolencia. Pese a que está completamente sano, la gente teme acercarse e incluso tener trato alguno con él.

Por ejemplo, el médico debía haber mantenido una entrevista con una radioemisora de Guinea para describir su sobrevivencia. Sin embargo, la emisora no permitió que entrara al estudio.

"Preferimos hablar con él abajo, por teléfono", dijo el director de la estación a un representante de Médicos sin Fronteras, mientras el sobreviviente aguardaba fuera en un automóvil. "No puedo correr el riesgo de permitir que entre en el estudio".

El brote de ébola en África occidental ha causado más de 145 muertos hasta ahora. Se sospecha que más de 240 personas, en su mayor parte en Guinea, están contagiadas. La dolencia causa horrorosos sufrimientos, inclusive el estallido de los vasos sanguíneos y hemorragia por las orejas y otros orificios. No hay vacuna ni tratamiento. La enfermedad es casi siempre fatal.

Sin embargo, unos pocos infectados han sobrevivido. Unos 30 pacientes lo han logrado en Guinea hasta ahora, según Médicos sin Fronteras. Liberia no ha registrado caso alguno de sobrevivientes.

Temen problemas

Desgraciadamente para los pocos afortunados, el estigma permanece largo tiempo después de haber desaparecido el virus de su organismo.

"Gracias a Dios estoy curado. Sin embargo, tengo ahora una nueva y terrible enfermedad: la estigmatización de que soy una víctima", dijo el doctor guineano, que habló con The Associated Press pero que se negó a dar su nombre por temor a más problemas para él y su familia. "Esta `enfermedad' (el estigma) es peor que la fiebre".

Otras personas que sobrevivieron a la dolencia se negaron a contar sus casos al ser contactadas por la AP, ya sea directamente o a través de Médicos sin Fronteras.

Sam Taylor, vocero de Médicos sin Fronteras que llevó al galeno a la radioemisora, confirmó que el hombre fue infectado y sobrevivió.

El doctor cree que contrajo ébola mientras cuidaba a un amigo y colega que falleció en Conakry, la capital de Guinea. En aquel momento, dijo, no sabía que su amigo padecía de ébola.

Poco después de la muerte de su conocido, el médico sufrió un dolor de cabeza y tuvo fiebre. Luego comenzaron los vómitos y la diarrea.

"Pude haber muerto", contó el doctor, pero respondió positivamente al tratamiento, que incluyó hidratación intensiva. Al contrario que casi todos los pacientes de ébola, sobrevivió.

Peligro para familia

Para sobrevivir a la enfermedad hay que estar vivo lo suficiente a fin de desarrollar los anticuerpos necesarios que combatan el virus, dijo David Heymann, un profesor de enfermedades infecciosas en la Escuela de Higiene y Medicina Tropical, en Londres.

Ello se debe a que generalmente los síntomas de ébola - alta fiebre, hemorragia, deshidratación y problemas respiratorios - matan al paciente.

Aunque no porta ya el virus del ébola, el médico reconoció que la gente lo evita.

"Ahora, todo el mundo en mi barrio me mira como si fuera la plaga", reconoció. La gente abandona el lugar cuando llega, nadie le estrecha la mano ni come con él. Sus propios hermanos le acusan de poner en peligro a su familia.