Trump tiene acceso a datos de los 'dreamers'

Con la llegada del magnate a la presidencia de EU, los más de 741 mil jóvenes que se encuentran en el DACA temen ser deportados.

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Nancy Villa, quien llegó a EU desde México sin permiso de residencia cuando era una niña, recibió un permiso de trabajo a través de un programa federal creado en 2012 iniciado durante el gobierno de Barack Obama. (AP/Nam Y. Huh)
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Agencias
WASHINGTON, DC.- Cientos de miles de jóvenes que viven en Estados Unidos sin permiso dieron la cara luego de que el gobierno de Barack Obama les prometió que se los protegería de la deportación y se les permitiría trabajar.

Puede que algunos lamenten ahora esa decisión.

De acuerdo con The Associated Press, el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha prometido cancelar de inmediato el programa que dejó en suspenso la deportación de estos jóvenes. De cumplir su palabra, no está claro si tomaría medidas contra los más de 741 mil jóvenes que se acogieron a esa iniciativa. Pero si decide perseguirlos, el gobierno tiene ahora sus direcciones, fotografías y huellas dactilares.

Nancy Villas, de 20 años, fue una de las primeras que se acogió al programa Deferred Action for Childhood Arrivals, conocido por sus siglas en inglés DACA, en el verano de 2012, haciendo cola durante horas en un centro de inscripción en Chicago. Desde entonces ha trabajado a tiempo parcial en una escuela infantil para pagar la universidad. Ahora le preocupa que la obliguen a regresar a México, un país que abandonó a los nueve años.

"Sabía que sería la única forma de tener mejores oportunidades", dijo Villas. "Yo corrí el riesgo sin pensar que alguien quisiera quitarlo".

Trump hizo de la lucha contra la inmigración irregular la base de su campaña, prometiendo construir un enorme muro a lo largo de la frontera con México y deportar a millones de personas que viven en el país sin permiso de residencia. Una vez asuma el cargo, Trump puede rescindir casi de inmediato esa protección y, con ella, probablemente dejar sin validez los permisos de trabajo que la acompañan.

Pero hay pocos indicios que apunten a que el empresario vaya a tomar medidas rápidas para deportar a los participantes en el programa. En una entrevista tras las elecciones con "60 Minutes", de CBS, Trump dijo que se centraría en un principio en los migrantes sin permiso de trabajo que tienen historial delictivo. Dijo que serían entre dos y tres millones de personas, aunque es probable que la cifra esté inflada.

Es posible que el temor de los participantes en el programa sea exagerado, señaló Mark Krikorian, director ejecutivo del Centro Para Estudios Migratorios.

"A menos que haya delitos de por medio o algo específico que llame la atención sobre una persona, no veo cómo vayan a ser una prioridad", comentó Krikorian, cuyo centro de estudios se describe como partidario de una inmigración reducida.

Trump hizo de la lucha contra la inmigración irregular la base de su campaña, prometiendo construir un enorme muro y deportar a millones de indocumentados

El presidente Obama creó el programa para proteger de la deportación a jóvenes traídos ilegalmente al país cuando eran niños, algunos de los cuales ni siquiera recuerdan sus países nativos. No legalizaba la situación de los inmigrantes, sino que dejaba en suspenso las posibles deportaciones.

Nunca hubo garantías de que la iniciativa durase más allá de la presidencia de Obama. Un exfuncionario de inmigración que ayudó a desarrollar el sistema, John Sandweg, dijo que la Casa Blanca y el Departamento de Seguridad Nacional tuvieron en cuenta la realidad de que un presidente futuro podría suspenderla. Pero en ese momento, señaló, parecía que revocar protecciones ya aprobadas plantearía dificultades políticas.

"Esta es la clase de chicos a la que hay que sacar de las sombras", dijo Sandweg, exdirector interino del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas. "No creo que nadie imaginara a un presidente Trump cuando esto se creó".

Trump jamás disimuló su oposición al programa. Lo describió como una "amnistía ilegal" y prometió "ponerle fin de inmediato". Desde que ganó las elecciones, el republicano ha dicho que nominará como secretario de Justicia al senador Jeff Sessions, conservador en materia migratoria. Durante las deliberaciones para cubrir otras vacantes en su gobierno, Trump se ha reunido con el secretario de Estado de Kansas Kris Kobach, que lideró la batalla judicial de su estado para impedir una expansión del plan de protección de las deportaciones.

Cuando comenzó el programa, el gobierno de Obama sugirió que en general, la información de las solicitudes no sería usada por organismos policiales. Los Servicios de Ciudadanía e Inmigración abordaron ese temor en sus "preguntas frecuentes", señalando que la información sólo se compartiría con las fuerzas de seguridad si alguien "cumple los criterios" para procesos de deportación.

Pero si se eliminan los programas que dejan en suspenso las expulsiones del país, estos jóvenes quedarían expuestos casi de inmediato a la deportación.

Perseguir a los participantes sería una gran labor logística que sólo empeoraría los retrasos en los tribunales de inmigración, que ya de por sí están abrumados, con gente que espera años un fallo final, dijo Sandweg.

Añadir unas 750 mil personas al sistema judicial "no haría nada por mejorar la seguridad pública", señaló.

Sin embargo, la mera posibilidad de que eso ocurra ha llevado a algunos legisladores demócratas a pedir a Obama que proteja a estos migrantes con indultos antes de abandonar el cargo.

Además, activistas defensores de los jóvenes inmigrantes han prometido mantener su lucha por ganar el apoyo político y público en favor de una reforma de las leyes migratorias.

"Nos organizamos en todo el país, compartimos públicamente nuestras historias y nos reunimos. Tomamos medidas concretas y exigimos a los políticos que asumieran sus responsabilidades", dijo Cristina Jiménez, directora ejecutiva y cofundadora de United We Dream.

Un gobierno de Trump, afirmó, no cambiará eso.

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