Viajeros se vacunan de fiebre amarilla antes de ir a Brasil

Cientos de personas hacen fila en Buenos Aires, Argentina.

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Brasil sufre un brote de fiebre amarilla desde diciembre de 2016. (Contexto/Internet)
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Agencia
BUENOS AIRES, Argentina.- Cientos de personas hacen fila en Buenos Aires para vacunarse de la fiebre amarilla antes de marcharse de vacaciones a Brasil, donde, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), existe un brote de esta enfermedad.

Decenas de viajeros, muchos de ellos en familia o en grupos de amigos, se acercaron a centros públicos de la ciudad para recibir, por orden de llegada, un número que les permitiera vacunarse, ya que la cantidad de dosis que se aplican por día es limitada, informa el portal de noticias MVS.

"Salió la alerta de la fiebre amarilla y elegimos prevenir"

Esto provocó que se formaran largas filas en las que los ciudadanos debieron esperar entre tres y seis horas para inmunizarse, teniendo en cuenta que la vacuna debe aplicarse al menos diez días antes de volar, según recomienda la OMS.

"Salió la alerta de la fiebre amarilla y elegimos prevenir", pero "realmente es asombroso: estamos acá desde las 07.30 de la mañana haciendo la fila y parece que tenemos para un rato todavía... a armarnos de paciencia", dijo Ignacio Ferrari, de 22 años, mientras esperaba junto a su pareja en Sanidad de Fronteras, uno de los centros públicos con más cupos (sobre 700).

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"Lamentablemente hubo bastante gente que se quedó sin número, que se tuvo que volver", afirmó antes de señalar que no le "queda otra" que estar tranquilo: "no hay que amargarse, si no empezás las vacaciones ya con el pie izquierdo".

"Lamentablemente hubo bastante gente que se quedó sin número".

Con él coincidió Natalia Alesi, de 43 años, que viajará con un grupo de 13 personas al norte de Brasil, al apuntar que, cuando uno se va de vacaciones, "tiene que pensar que es para un destino que va a disfrutar" y, por tanto, "hay que prevenir".

"En Argentina estamos acostumbrados a hacer colas para todo y a estar tranquilos porque nos pasan cosas todo el tiempo. Si encima nos ponemos nerviosos, no ganamos nada", agregó.

Alesi lamentó que no se hayan habilitado más lugares públicos fuera de la capital, ya que muchos de ellos han tenido que desplazarse desde localidades cercanas, y afirmó que los centros privados también la aplican, pero cuesta 500 pesos (casi 26 dólares) y no lo cubre el seguro médico.

"Tendría que haberse organizado de otra manera", declaró.

Según la ONU, Brasil sufre un brote de fiebre amarilla desde diciembre de 2016.

Los datos del Ministerio de Salud del país difundidos esta semana revelan que se registraron 35 casos y 20 muertes por esta infección desde julio de 2017 hasta el 14 de enero de este año, aunque la cartera rechaza hablar de un nuevo brote y asegura que tiene vacunas para inmunizar a toda la población.

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