Licety Díaz/Sergio Orozco/ SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Cientos de chicles tapizan las banquetas de Plaza Las Américas. A simple vista es un abanico de puntos negros que se forman con el ir y venir de las pisadas de las personas. En un metro cuadrado se pueden contar hasta 56 gomas de mascar.

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“Los zapatos de las personas generan suciedad, que al entrar en contacto con el chicle provocan el surgimiento de hongos y bacterias, que trae como consecuencia  la contaminación del medio ambiente”, dijo Lorena Flores Dzul, directora de Gestión y Protección Ambiental del Ayuntamiento de Benito Juárez.

Mascotas contribuyen 

También se debe tener en cuenta a las mascotas que pasean por el lugar y las aves, como las palomas que también hacen su aporte a la contaminación.

El paso peatonal que da acceso a esa plaza, de apenas un año de funcionamiento, es “la próxima víctima” para las personas que tiran chicles en la calle sin la más mínima conciencia de salvar el planeta.

Un chicle demora de tres y cinco años en degradarse. Por la acción del oxígeno, se convierte en un material duro que luego empieza a resquebrajarse hasta desaparecer.