Octavio Martínez/SIPSE
PLAYA DEL CARMEN, Q. Roo.- La muerte en Playa del Carmen llega en soledad. Es una de las máximas que Luis Ernesto León Montero, psicólogo, ve como una constante con base en su vivencia cotidiana, una especie de abandono que es un reflejo de la vida en la que el finado es velado, apenas acompañado por un deudo.

Eso, dice, se debe a la soledad que aún se palpa en uno de los principales destinos turísticos de México, que si no es una regla acaso, sí es una generalidad.

El paso de la vida a la muerte, un tópico en la cultura mexicana, sabe un tanto peculiar en Playa del Carmen, en donde la mayoría de los caso registrados en lo que va del 2016, fueron de manera natural.

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Los números del Registro Civil en la nueva administración municipal son escasos; tienen el dato de que 349 personas han fallecido en este año, 273 ha sido por muerte natural y el resto ha sido por alguna causa violenta.

“El tema de siempre: en Playa del Carmen desgraciadamente llegan solamente a trabajar como único fin y llegan solos. Pasa que luego esta persona fallece y no tuvo amigos en vida al menos en la ciudad y si apenas y tiene alguien cercano, viene otro problema, el del duelo. Pero este duelo es muy peculiar también, ya que el deudo lo vive, pero económico, es decir a falta de recursos no le puede dar cristiana sepultura”, explica León Montero.

Ante este factor recomienda acercarse a grupos sociales que cada vez crecen más en la ciudad, como clubes deportivos, artísticos y culturales.

“El duelo es por etapas y cuando uno se salta alguna de éstas, vienen las complicaciones que pudieran detonar en una adición”, advierte.

Pero la muerte inesperada o de manera violenta así como la de un factor natural está ligada, menciona el especialista, pues es común que quien fallece en una cama de hospital, ni siquiera tenga alguien que lo reclame.

Arturo Alfaro Palma, jefe del Departamento de Apoyos al Diagnóstico del Hospital General de Playa del Carmen, informa que se ha detectado hasta un caso al mes de personas que, luego de fallecer, sus cuerpos no son reclamados por nadie.

Otro factor que menciona es el de deudos que no cuentan con los recursos para realizar una sepultura convencional a sus finados.