Oficio de carbonero, una gran tradición (Video)

Don Prisciliano y sus hijos realizan las labores todos los días para obtener el producto.

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Teresa Pérez/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Una tradición más que negocio es el oficio de un carbonero de Rancho Viejo, Don Prisciliano, de 71 años, llegó a esta zona hace más de 28 años, después de que en su lugar de origen, Tenosique, Tabasco, sufriera un accidente y le pasaran los rieles del tren en sus piernas, esto, lo dejó incapacitado para volver a caminar. 

Pero para él y sus sueños de prosperar, esto no fue más que una prueba que ha sabido sortear y pese a su limitación física, ha construido su hogar y el negocio de la familia y ahora son sus hijos, quienes le acompañan día a día en las labores del proceso de sacar de los restos de madera el carbón que vende por bulto en apenas 120 pesos. 

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“Poco a poco hemos hecho de este oficio nuestro modo de vida, trabajamos desde que salen los primeros rayos del sol hasta que se oculta para que aparezca la luna y mayo es sin dudarlo el peor mes”, comentó que el calor les carcome la piel, tanto por el carbón como por el sol.

…aquí seguimos, para esto nacimos, dijo con una sonrisa “Lalo”, su hijo, de 28 años, quien le da las gracias a su padre por enseñarle el oficio y el trabajo de la tierra.

Lalo descansaba un rato afuera de la bodega del carbón, su frente estaba cubierta del sudor, sus ojos permanecían rojos, irritados por el calor de la tierra, en ocasiones perdía su mirada en aquel camino en donde pasaban camiones de carga que salían de entre las brechas, y entonces en un suspiro regresó a su realidad, secó su rostro que teñido de carbón, reflejaba las horas que pasaba en su zona de trabajo.

Sus pies descalzos ahora eran negros, se habían pintado del color del carbón, sin pensarlo, caminó hacia el área donde tenía el monte de carbón ya listo para ser sacado, poco a poco, después para manejarlo lo humedecían un poco para tomarlo con sus manos y vaciarlo en las cubetas y después encostalarlo.

El proceso era el mismo, día a día, preparaban un nuevo monte de madera lo acompañaban con hierba y tierra, después prenden una mecha para que inicie el proceso de cocción de la madera. La tierra sirve para que el humo y el calor se conserve y salga por la tierra y no se vaya al cielo, pues de lo contrario la madera no se cose bien. 

Para que quede como carbón deberán esperar por lo menos de seis a ocho días, dependiendo del tamaño del montículo que preparen. Después esperarán que alguno de sus clientes los visite y se lleven los bultos de carbón, al menos para que salga para la comida del día.

La falta de transporte, ahora esperan la oferta de los volqueteros que les lleven restos de ramas y madera vieja y seca, cada camión se los venden en 150 pesos, sin embargo, la espera puede ser larga, porque no siempre les llega la oferta. De estos restos encuentran leña de zapote, caracolillo, álamo, tzalam, entre otros.

(Fotos y video: Luis Soto)

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