Ángel Castilla/ SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- El avión de la línea Interjet que efectuó el vuelo nocturno Ciudad de México-Chetumal, el pasado lunes, no pudo despegar para el viaje de retorno, por presentar fallas en el sistema de aterrizaje.

De acuerdo a información recabada en el Aeropuerto Internacional de Chetumal, el vuelo 4525 procedente de la Ciudad de México, que arribó a la capital, alrededor de las 20:15 horas el lunes pasado, no pudo despegar para retornar, por supuestas fallas en el tren de aterrizaje, por lo que se ordenó suspender el despegue, para no poner en riesgo la seguridad de los pasajeros.

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El percance causó que un poco más de 70 pasajeros tuvieran que esperar hasta la mañana de ayer para realizar el viaje a la Ciudad de México.

Información recabada señaló que técnicos especializados de la aerolínea Interjet y Aeronáutica Civil, arribaron la mañana de ayer a la capital del Estado, para supervisar y reparar el desperfecto de la nave.

El avión con el número 4322 fue el que cubrió la ruta de los pasajeros procedentes de la Ciudad de México, misma aeronave que trasladó a unos 84 pasajeros a la capital del país, en el vuelo matutino de ayer martes, con una demora de 30 minutos, por el tráfico aéreo registrado en el aeropuerto antes mencionado.

Durante el transcurso de la mañana, en la documentación, varias personas manifestaron su molestia por la revisión que efectúan los guardias de seguridad a las maletas, ya que tienen que ser abiertas, así como también hubo una pasajera que no pudo abordar por traer exceso de pasaje.

Vuelo adicional

También se pudo averiguar que el pasado lunes, también arribó un vuelo adicional al aeropuerto de la capital, que transportó a turistas europeos, quienes tenían como destino final, visitar la llamada “Isla bonita”, San Pedro, en el vecino país de Belice.

Se supo que el motivo principal del viaje de los visitantes europeos es para llevar ayuda humanitaria a este país, por la devastación que sufrió hace un mes esta nación caribeña, por el paso del huracán “Earl”, dejando damnificadas a miles de familias que perdieron sus viviendas, y daños materiales por más de 155 millones de dólares americanos.