En el marasmo de la agitación política y de la cauda de encono que un sector de los quintanarroenses siente en contra de algunos de sus gobernantes, a escasos días de la asunción de un nuevo gobierno de transición, Cancún – un centro turístico conformado por ciudadanos de diversas partes del país y del mundo- se convirtió de pronto en un claro remanso de tolerancia y de respeto cívicos, expresados claramente en el marco del tradicional festejo del “Grito de Independencia”. Por eso mismo, el gobernador del Estado, Roberto Borge Angulo decidió- con conocimiento de causa- celebrar en esta ciudad la histórica fecha, en lo que tal vez será su última participación multitudinaria.

Pero ese clima de respeto y tolerancia de varios miles de ciudadanos congregados en la Plaza de la Reforma de Cancún hacia la investidura de quienes figuraron en el balcón principal de Palacio Municipal, no obedeció a un caso fortuito. Sin duda alguna, la expresión tolerante y madura de los ciudadanos durante la noche del día 15 de septiembre, significó un claro reconocimiento a la labor desplegada durante los últimos tres años por un alcalde que llegó a nuestra ciudad cuando tenía menos de nueve años de edad y que a través de sus múltiples encargos ha demostrado su preocupación por contribuir al desarrollo de su comunidad.

Paul Carrillo de Cáceres es sin duda en este momento el priísta mejor posicionado en los medios de comunicación. Tuvo por acierto importante - como miembro distinguido del PRI- haber recuperado la silla presidencial del municipio de Benito Juárez para su partido, tras dos convulsionados trienios en manos de los perredistas Gregorio Sánchez Martínez y luego Julián Ricalde Magaña. Rindió cuentas claras y alegres el día de la pasada jornada electoral celebrada el pasado cinco de junio del año en curso; su partido, en alianza con el verde ecologista, ganó la presidencia y sus candidatos al Congreso local salieron triunfantes en los distritos comprendidos en la demarcación de Benito Juárez. En menos de dos años se mejoró la calificación crediticia en la escala nacional, lo cual nos ubicó como un municipio con sólida capacidad de pago. 

Su carrera partidista la inició dos décadas atrás, como dirigente juvenil del PRI y tras sus veinte años de militancia en el tricolor y a unos días de que entregue la estafeta del mando municipal, muchos se preguntan ¿A dónde irá Paul Carrillo? Ciertamente nadie lo sabe en este momento, pero indudablemente es por hoy uno de los principales activos de su partido y tendrá un lugar preponderante para ser considerado en temas y decisiones partidistas relevantes, incluyendo las que tendrán que ver con el proceso electoral federal del 2018.

Por lo pronto, dicen sus colaboradores cercanos, una vez que suceda el cambio de administración municipal, Paul Carrillo irá a descansar con su familia, lo cual parece ser una acertada decisión personal y coyuntural. Su línea abierta de no confrontación durante el pasado proceso electoral, podría también traducirse en una puerta más para el joven alcalde.