Durante 2014 y 2015, Ventura Enrique Mota Flores, catedrático de la Universidad del Caribe, coordinó un grupo multidisciplinario de once investigadores para preparar el primer estudio de “Regionalización Turística de México”, auspiciado por el fondo sectorial Sectur-Conacyt. Sus resultados están divulgándose.

Entrevistado al respecto, el maestro, con años analizando la materia turística, afirmó que lograron conocer más potencialidades, oportunidades, aplicación de políticas y desafíos en este motor de desarrollo nacional. La información disponible es tan rica como abundante.

Para esta columna recurro a uno de los temas abordados: la nueva tendencia. Lo que está gustando a visitantes. Si bien no fue el propósito de la investigación (tampoco el principal de la entrevista), sus comentarios son relevantes por ese titánico ejercicio de un año. Propone convencido: “Se debe fortalecer lo municipal, para competir como región”. 

Hay innumerables maneras, aunque enlisto cinco no trabajadas aún para tal fin, que no obstante son factibles y deben formar parte de los intentos para responder a una tendencia mundial.

La primera es apostar por destinos inteligentes, los que deben poseer una plataforma tecnológica de vanguardia, que garantice el desarrollo sustentable, sea accesible para todos, facilite la interacción con el entorno, e integre al visitante.

La segunda es desarrollar la infraestructura intangible, considerando desde el acceso a internet y su velocidad, hasta las bases de datos, la red de contactos o la facilidad de pago con “dinero electrónico”.

La tercera es crear más Pueblos Mágicos, cuyo nombre deben honrar tanto autoridades como pobladores y quienes viven de ellos haciendo turismo o de actividades vinculadas. Eso agrada principalmente a europeos y asiáticos. Los tenemos, aunque sin los dos aspectos anteriores.

La cuarta es explotar las rutas culturales. El experto de la Unicaribe enfatiza en la necesidad se asociarse, trabajar en equipo, presumir en bloque. En este sentido, con Yucatán y Campeche (como una de esas nueve regiones) hay motivos para sumarse y aportar.

La quinta, íntimamente relacionada a la anterior, se trata de más alianzas vecinales. Para destacar en grande, son necesarias. Hay estados que por ley no pueden, aun cuando entre ellos circulan a diario gente, mercancías y activos. El Caribe mexicano es probablemente la mejor muestra exitosa de ese esfuerzo municipal, que debe ser replicado regionalmente. 

Lo mejor es que tenemos las posibilidades en Quintana Roo. Cancún, por ejemplo, considerado uno de esos nueve nodos de especialización, atrae, genera, multiplica y se fortalece constantemente, lo cual no ocurre con otros polos. 

En días pasados, el presidente municipal, Paul Carrillo de Cáceres, dio un dato: durante su administración, la ocupación hotelera promedio ha sido del 80%, aproximadamente un 20% más que en 2011 y 2012. 

Lo anterior, puntualizó, “gracias a un trabajo coordinado de implementación y desarrollo de estrategias para la sustentabilidad turística y ofrecer servicios integrales, apostando por marcar la diferencia y la autenticidad”.

¿Cuáles estrategias? La denominación de Cancún como la única capital del “blue flag”, una agenda permanente de actividades gastronómicas, culturales, artesanales, deportivas y de entretenimiento, así como otras por detonar.

Se espera que el estudio en mención sea publicado a final de año, en edición impresa y digital. Entonces se podrá consultar las 128 variables, la metodología, la cartografía completa y las características de las nueve regiones. Imperdible, sin duda. 

El mejor de los éxitos para ellos y que sea ésta una motivación adicional para fomentar la investigación.