Daños colaterales por “temporada baja”

Por fin, ¿cuántos son? Unos hablan de 25 mil y otros de 5 mil. Algunos no se atreven a calcular por falta de información o porque ésta es manipulada para maquillar una realidad que a nadie favorece...

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Por fin, ¿cuántos son? Unos hablan de 25 mil y otros de 5 mil. Algunos no se atreven a calcular por falta de información o porque ésta es manipulada para maquillar una realidad que a nadie favorece. Lo cierto es que son miles y sufrirán en una temporada baja, aun cuando las autoridades la prevén histórica pues se registraría una alta ocupación hotelera. De hecho, agosto cerró por sobre el 80 por ciento, un porcentaje atípico.

Los del problema son estos trabajadores que hasta pocos días se desempeñaban por extensas jornadas laborales, bajo riesgos constantes, sin prestaciones y en un ambiente estresante para atender a los vacacionistas.

Recientemente el delegado federal de la Secretaría del Trabajo, Enoel Pérez Cortez, anunció que unos 25 mil eventuales serían despedidos por el fin del periodo vacacional, lo cual impactaría negativamente al Estado en las cifras de ocupación, mantenida en niveles aceptables desde hace un año.

Sin embargo, fuentes de la Asociación de Hoteles de Cancún y Puerto Morelos estiman en no más de 5 mil los perjudicados con el recorte, pues en distintos sectores ligados al turismo local y de gobierno hay optimismo en materia de ocupación y actividad turística ligada a otros servicios para lo que resta del año.

Como sea, las estadísticas, los números, no dan cuenta de la urgencia de ingresos que necesitan miles de familias para enfrentar los próximos meses, por el reciente inicio del  año escolar, las fiestas patrias de este mes y el cierre de año con todas sus celebraciones.

Cuando el empleo es inestable, se generan estrés, frustración e incertidumbre, y comienzan más problemas: se disparan los delitos, el uso de drogas, la violencia intrafamiliar y los enfermos de causas diversas asociadas a lo mismo. En ello radica el verdadero peligro, cuyos daños colaterales afectan a la sociedad en su conjunto.

Hay agrupaciones civiles que argumentan la falta de información proveniente de instituciones y organizaciones involucradas para atender el asunto de manera integral, como esa imprecisión de cifras de cesados, con una diferencia de 20 mil personas. Es lógico, con datos diferentes, con información sesgada, es imposible lograr un diagnóstico certero y la solución es una posibilidad remota.

¿Cómo encarar esta realidad? Una medida oportuna sería redoblar desde ya las inspecciones a los hoteles a fin de resguardar los derechos de todos los trabajadores, incluyendo a los denominados “eventuales”, en lo que resta del año, cuando se suponen los patrones más violan las obligaciones laborales.

Ideal sería también mejorar las condiciones generales de trabajo, regular los ingresos en la modalidad “Todo incluido”, establecer un seguro para el desempleo como en otras entidades, robustecer los programas para ofrecer empleos en ese u otro rubro, aumentar las becas y fomentar el autoempleo para los innovadores.

Todo lo anterior, en un marco propicio, quizá inmejorable, porque en boga está el debate sobre salarios mínimos. En el ámbito nacional ya se emprendió una estrategia con el objetivo de mejorar los ingresos propiciando las condiciones que faciliten el crecimiento económico, detonando la productividad con beneficios compartidos, para contar con más empleos formales y que éstos sean de calidad.

En estos periodos de crisis se presentan las oportunidades. Si hay voluntad política, los empresarios lo consienten y los trabajadores exigen, lo que sigue es mero trámite.

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