Diseminador de semillas criollas
La sociedad yucateca sabe poco de esta labor trascendental que consiste en intercambiar semillas criollas entre los campesinos.
La recuperación de las semillas criollas es una de las acciones admirables que ha venido haciendo -como ya he comentado antes-, en la escuela U Yits Ka’an de Maní, un grupo encabezado por Atilano Ceballos Loeza. La sociedad yucateca sabe poco de esta labor trascendental que consiste en intercambiar semillas criollas entre los campesinos.
Para que esto funcionara U Yits Ka’an elaboró con algunos profesores el contenido temático de talleres, en los que se incluía un taller sobre milpa y semillas criollas buscando conocer las distintas especies de maíces de la región, a partir de la clasificación de Augusto Pérez Toro:
El t’síit bakal, de mazorca relativamente grande, granos blancos, numerosos y olote flexible aunque esté madura la mazorca.
Esta clase es de las más importantes; el sajum, que se caracteriza por tener granos amarillentos; el chak chob, que se distingue por tener granos de color rojizo; el sak tux, que se puede distinguir porque tiene granos blancos, dentados, en hileras rectas; el xbel bakal, que presenta la particularidad de que a media mazorca, desde el centro a la punta, sólo tiene dos pares de hileras y entre ellas se ve el olote (bakal) desnudo de granos; el eek’chob, que puede distinguirse con facilidad ya que sus granos tienen un color rojo obscuro casi negro; el xk’an nal, que tiene un color amarillo subido, fuerte; el pequeño nal t’eel o “elote de gallo”, también llamado k’aay t’eel o sea “canto de gallo”, que es blanco y muy precoz y que es fama que en sesenta días madura y que podría industrializarse en forma de conservas, como el llamado “maíz dulce” de los Estados Unidos; el xt’uup nal, también pequeño, que es una de las variedades del xmejen nal, muy hibridada y precoz, con granos de variados colores; el xe ju, de granos azules y morados, y otros de menos importancia.
Este taller continúa impartiéndose hasta la fecha y gracias a ello un grupo de milperos del sur del Estado obtuvo una buena cosecha de maíz criollo y pide el apoyo a la escuela para que medie ante el gobierno estatal para que adquiera esas semillas.
También debemos sumarnos a este esfuerzo por recuperar y consumir el maíz criollo y que el campesino se vea remunerado, y sumarnos a la cadena para recuperar este elemento vital que nos dejaron los abuelos mayas prehispánicos.