Unos días de pesadilla vivió (o vive todavía) una joven llamada Emma, originaria de Hermosillo, que con el hashtag  #LadyCoralina se volvió “trending topic” (el tema del momento o la burla del momento) a nivel nacional, tras un video difundido en las redes sociales, en donde aparece besando a un chico en su despedida de soltera en Playa del Carmen, Quintana Roo.

El desliz le ocasionó primero la cancelación de su boda (además de diversos ataques) y en una carta escrita por el padre de Emma acusa que el video difundido es un delito contra la vida y la integridad de las personas y difamación en contra de su hija. 

El padre aseguró que la difusión afectó la integridad física y emocional tanto de su hija como de su prometido y el resto de sus familias. Solicitó que por favor se abstengan de publicar fotos y comentarios que contribuyan a reforzar el daño moral que sufren y favorezcan “la falsa comunicación de nuestra sociedad”. 

Posteriormente (leí en un medio electrónico ¡de Ecuador!) que la joven de 20 años había abierto su Facebook “sólo para que dejen de estar investigando su vida privada y a su familia”, y para que si querían decirle algo fuera de forma directa, además de que confirmó que sí se casará el próximo año.

En Internet  vi de todo sobre la chica, desde “memes”, hasta diversas opiniones de apoyo, consejos y ánimos para la joven, donde le aseguraban que no casarse es lo mejor que le puede pasar al tener tan corta edad. Hay que vivir, le dicen.

Ayer lunes por la mañana miraba un noticiero y para mi sorpresa le dedicaron un espacio a la información de la joven mexicana, motivo para hacer una reflexión sobre si México es un país de doble moral, si el tema principal es la infidelidad, la velocidad y el alcance de las redes sociales o si hay ahí una visión machista y misógina que exige juzgar a las mujeres. ¿Usted qué opina?, preguntan al teleauditorio, envíenos sus mensajes por WhatsApp, es gratis…