Está por finalizar el invierno para dar lugar a la primavera, lo que tradicionalmente ocurría  el 21 de marzo, pero que, déjeme decirles amigos, ya no sucede: hay un desfasamiento y ahora llega un poco antes. Este año en particular la primavera ocurrirá el  sábado 19 a las 22:30 horas y no el 21 de marzo; también se presenta el llamado Equinoccio de Primavera, o sea la igualdad del día y la noche, que aconteció el pasado domingo 13, cuando amaneció a las 6:08 horas y el sol se ocultó a las 18:07.

El lunes 14 amaneció a las 6:07 y el sol se puso a las 18:08, dando lugar a que las horas de luz sean cada vez más y las horas de la noche vayan disminuyendo, todo esto por supuesto ocurre al norte del Ecuador o sea en el Hemisferio Norte, donde está la Península de Yucatán.

Los mayas, nuestros ancestros, grandes estudiosos y conocedores de la astronomía, sabían a la perfección estos fenómenos, tan así que se presentan para estas fechas varios eventos llamados arqueoastronómicos únicos y que asombran a todo el mundo. Tan grande era su conocimiento de estos fenómenos que construyeron en Chichén Itzá una pirámide, la de Kukulcán, en donde se presenta para las fechas que serán este año entre el 17 al 21 de marzo el fenómeno arqueoastronómico de luz y sombra con la formación de 7 triángulos isósceles entre las 15:00 y las 17:00, que representan el descenso de Kukulcán.

También para estas fechas, en Dzibilchaltún, ocurre un fenómeno arqueoastronómico al amanecer, en el templo de las Siete Muñecas, donde por unos momentos el sol queda en el centro de la puerta y crea un fenómeno de luz y sombra en la fachada poniente. Estos sucesos son visibles si las condiciones meteorológicas lo permiten.