Los espléndidos arrebatos líricos del próximo ex presidente de México (o como quiera que proponga ahora que se llame el país, quizá lo más lógico, “Estados Unidos de la Estafa de Luz”) no solo demuestran una gran vocación por el stand up comedy involuntario, sino también disposición para la nostalgia política. En una de sus más logradas metáforas de naturaleza marítima (donde estableció que, si bien ha sido un gran capitán, los verdaderos héroes están en la tripulación) haya sido inspirada por el gran López Portillo cuando fue responsable del timón, pero no de la tormenta. Al preciso solo le faltó decir que defendería a García Luna Productions como un perro.

Bueno, eso lo hará Mr. Bean Cordero, quien ya amenazó con preservar, desde el Senado, los logros calderónicos. Aunque no se le ha visto haciéndole el paro a la SSPF ahora que la quieren desaparecer en la narcofosa de la historia. Bueno, ni siquiera ha hecho promoción para que las víctimas del bullying devenido en guerra acudan al Kidzania de don Genaro. Ese museo es tan interactivo que puedes disparar al aire desde una camioneta diplomática en Tres Marías y tratar de huir del derroche de plomo de los federales.

Como quiera que sea, las parábolas del señor de Los Pinos han sido casi tan felices que hasta parecen foxistas. Sobre todo al afirmar que, como a la Cenicienta, se le está haciendo calabaza la carroza. Pero llama la atención que en su Gira del Adiós pregunte en qué se convirtieron los colaboradores de la princesa —pensando en el destino de los suyos— como si no supiéramos que estos se vuelven ratas y ratones.

Y siendo el año de Hidalgo...

Y mientras tanto, en el Parque Jurásico... rodeado por priistas que salen del clóset esperanzados ante la posibilidad de roer aunque sea un mendrugo de hueso, Peña Nieto, en su calidad de Latinoamerican Idol, decide cuántos velociraptores habrán de ser resucitados (el ADN nunca muere), en tanto Osorio Chong se prepara como El Piojo Herrera para estar al frente de una supersecretaría que será feliz portadora de una ruda dotación de kriptonita.

Quizá el Dorian Gel debería recuperar las palabras del papa Benedicto XVI al armar su gabinete. El sumo pontífice, al ungir a seis Cardenales, les sugirió que no caigan en la lógica mundana del poder.

Ahí que les deje el dato como cosa suya para que normen criterio, ahí después del muy tricolor “Atásquense, ahora que hay lodo”.

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