En su estreno como director del Infonavit, Alejandro Murat censuró los doce años de gestión del gobierno panista, debido a que se privilegió la construcción de casas y se sacrificó su calidad y sustentabilidad, causando una fragmentación del tejido social en el país que se traduce en un impacto social y ambiental.

Explicó que 4.9 millones de viviendas están abandonadas, y que al año se construyen 250 mil, siendo estas edificaciones en zonas periféricas de las ciudades (como ocurre en Yucatán).

Ese error, dijo, trajo como resultado que familias gasten hasta un 50% de su ingreso en transporte y más de tres horas en su traslado (en Yucatán poco menos, considero) y aunado a esto existe un déficit de equipamiento, infraestructura y servicios que afecta la calidad de vida de las personas.

Tan sólo en tres estados de la República, como Baja California, Chihuahua y Nuevo León, la desocupación de las propiedades va del 20 al 24%, lo que repercute en fuerte falta de ingresos a las entidades por pago de predial, impuesto que se debe de invertir en desarrollo urbano.

Aterrizando en Yucatán, se pueden notar los señalamientos de Murat  en Mérida, como ha dado cuenta Milenio Novedades en diversas ocasiones; por poner un ejemplo, en el complejo habitacional de Ciudad Caucel se pueden observar varias casas abandonadas, lo que genera fraccionamientos semidesiertos (de lo cual se aprovechan los “amantes de lo ajeno”), tiraderos de basura clandestinos (las personas utilizan las casas abandonadas para dejar sus desechos), falta de colegios para que estudien los habitantes (vecinos del lugar tienen que salir de ahí para llevar a los hijos a la escuela), escasez de transporte (por las mañanas y las noches se puede observar a decenas de personas esperando por algún camión o combi que los lleve, los cuales no se dan abasto y ponen en riesgo la vida de las personas saturando de gente las unidades), etc.

También fraccionamientos del municipio de Kanasín están en total abandono, sin que nadie haga nada, como ejemplo está el de San Pedro Noh Pat, en donde vecinos se han manifestado de diversas formas, debido a la falta de mantenimiento de las calles (con baches de hasta 12 metros de diámetro) y la carencia de servicios básicos como agua potable, alumbrado y seguridad.

Corresponde a las actuales autoridades solucionar estos problemas que causan gran malestar. Después de todo nadie compra un sueño (como lo es una casa) para vivir una pesadilla.