Un fiasco, una decepción, una desilusión pónganle el nombre que quieran. Hay que remontarse hasta al torneo de Invierno 2000 para recordar la última vez que Guadalajara salió del Estadio Azteca dejando una estampa de tres a cero en la frente americanista.

La fiesta estaba puesta para el “Ame”: el año del centenario, Rubens Sambueza en la alineación a pesar de haber sido expulsado el partido anterior y el acérrimo rival en frente tambaleándose todavía de su irregular comienzo. Pero como dicen, el Clásico Nacional es un juego a parte.

De la excelente composición del técnico Matías Almeyda y la ejecución fantástica de Isaac Brizuela y Javier “Chofis” López, las Águilas bailaron al ritmo del son tapatío.

Sin embargo, hay que ver las cosas con objetividad. La fiesta del centenario sigue en pie, a pesar de unos cuantos platos rotos.

El América y las Chivas ambos tienen once puntos en la actual campaña, y es que a veces las bofetadas sirven solamente para despertar al monstruo. Cuidado señores Vergara e Higuera, que sus comentarios en Twitter buscan provocar al equipo más ganador en la historia del fútbol mexicano, no vaya a ser que en el pecado venga la penitencia.

Queda todavía un largo camino en la temporada, y cómo no soñar que estos dos conjuntos se encuentren en una fase más avanzada de la Liguilla, y que esta vez sí, el prestigio del semestre centenario del América esté en riesgo ante el máximo contrincante.

No se puede juzgar todo un campeonato por un resultado, así que esperaremos en que faceta continúan estos dos “grandes” de México.