Daniel Pacheco/SIPSE
PLAYA DEL CARMEN, Q. Roo.- Temen trabajadores de los negocios de la zona costera en Playa del Carmen que el aumento en el recale de sargazo y la problemática de erosión afecten más las actividades turísticas actuales y la imagen del destino durante las próximas semanas.

Ayer fue reportada una mayor cantidad del residuo marino, principalmente en el área conocida como “Playa Centro” (que comprende entre los muelles fiscal y Ultramar), aunque desde inicios de este mes se comenzó a percibir un aumento en la llegada estas algas.

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“Desde hoy vimos más sargazo y la verdad vemos que los trabajadores de Zofemat le echan ganas, pero hoy sí muy tarde. Mira, son las 11:30 de la mañana y ya hay gente en la playa con niños y está pasando el tractor, no sé pero puede ser peligroso. Ojalá que no nos pegue el sargazo como hace dos años que fue demasiado”, señaló Jorge Hernández, mesero de un club de playa.

Al respecto, la Dirección de la Zona Federal Marítimo Terrestre (Zofemat) dio a conocer que desde enero y hasta la primera semana de febrero se han levantado más de 60 toneladas de este organismo marino, siendo el punto de mayor recale la zona costera entre la calle 4 y la calle 12.

De acuerdo con Hugo Uribe Nicolás, director de la Zofemat en Solidaridad, se ha tenido que reforzar el trabajo de limpieza costera para el retiro de este organismo marino, y aunque no precisó el tonelaje de la jornada, dio a conocer los antecedentes desde enero y hasta la primera semana de febrero.

Según el reporte, del 1 al 7 de enero se levantaron 14 toneladas de sargazo, del 8 al 14 del mismo mes otras 14 toneladas, del día 15 al 21 fueron 15 toneladas y del 22 al 31 de enero dijo que fueron 21 toneladas, mientras que del 1 al 5 de febrero fueron 13 toneladas de sargazo, dando un total de 77 toneladas de alga marina.

Además, la pérdida de arenales está ocasionando situaciones en la operatividad de restaurantes como el Señor Frogs, ya que la ausencia de playa ha ocasionado el desplome de al menos cuatro palmeras, dejando un pequeño espacio para el disfrute de sus clientes, mientras que más adelante el paso costero entre el establecimiento y el hotel Palace de Playacar ha desaparecido obligando a los turistas a realizar “malabarismo” para caminar.