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MÉXICO.-Andrew Almazán terminó la primaria a los 10 años, la secundaria a los 11, la preparatoria a los 12 y, tras concluir, comenzó a estudiar psicología y medicina al mismo tiempo.
Actualmente tiene 21 años, cuenta con un doctorado en Innovación Educativa del Tecnológico de Monterrey y también dirige el Centro de Atención al Talento (Cedat), que se especializa en atender a niños sobredotados.
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De acuerdo con Expansión, a pesar de sus capacidades, las habilidades especiales de Almazán estuvieron a punto de no ser desarrolladas por recibir un mal diagnóstico psicológico.
Recuerda que cuando tenía cuatro años comenzó a leer libros de medicina, esa actitud no estaba acorde con lo que hacían los niños de su edad, así que sus padres lo llevaron a hacer una prueba psicopedagógica en la que lo diagnosticaron con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) y sobredotación.
“Son dos cosas contradictorias que no pueden coexistir”, dice Almazán, quien expresa su preocupación por los dictámenes erróneos que reciben los niños que parecen tener problemas de aprendizaje. Y no son casos aislados.
El estudio Perfil del Sobredotado, realizado por el Cedat, revela que dos de cada cuatro niños diagnosticados con TDAH son genios -pues tienen un cociente intelectual (IQ) mayor a 130 puntos-, pero por las malas evaluaciones y el miedo a ser excluido en la escuela, solamente cuatro de cada 100 desarrolla sus habilidades.