Yucatecos acudieron a los cementerios de la ciudad a arreglar las tumbas de sus madres, previo a su día.
Sin embargo, trabajadores del campo santo mencionan que, comparado con otros años, el movimiento es muy bajo; lo atribuyen a la economía y a que algunos simplemente han olvidado a sus difuntos. Gamaliel Isaías Peraza trabaja desde hace 30 años en el cementerio de Xoclán, mencionó que antaño las personas solían llegar al camposanto para el Día de la Madre, ahora son pocos los que acuden en esta fecha y menos los que encargan trabajos de pintura y mantenimiento para que la tumba luzca bien.
El calor esta fuerte, situación que atribuye a la falta de visitas. “Son pocos los que vienen a visitar, está bajo el trabajo, hace dos años era diferente, más personas nos contrataban, el domingo pasado debió haber mucha gente para entregar trabajos, no fue así, además hay muchas bóvedas abandonadas, hace años en esta fecha sin importar el día que cayera el 10 de mayo se llenaba el panteón”, indicó.
La celebración del Día de la Madre es motivo de alegría y gratitud para muchos, pero también de nostalgia para otros por no poder abrazarla y besarla de nuevo, y como cada año, este 10 de mayo, no es la excepción desde hace días las personas acuden a limpiar los recintos donde descansan, para regresar mañana solos o con los familiares que puedan para pasar un rato ahí con ella.
Y es que no importa cuánto tiempo haya pasado, mientras siga viva en la memoria de quienes la conocieron y amaron, los sentimientos en esta fecha se desbordan. Homenajear a la persona que cumplió ese rol en su vida, que siempre protegió y apoyó puede ser sanador para muchos deudos.