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Paredes sucias y despintadas, con espacios abiertos inundados de maleza. Así lucen las escuelas en Quintana Roo después de un año de que el COVID-19 alejó de ellas a miles de niños y adolescentes.

Aquellos edificios donde por años brillaron las risas, los juegos y el aprendizaje diario de los infantes, ahora padecen el abandono obligado por la contingencia sanitaria, cuyos primeros estragos en la asistencia escolar iniciaron en marzo de 2020.

En los diversos planteles de todo el estado se observa basura, además de la maleza. En algunos, los arbustos prácticamente “abrazan” los salones en los que los menores de edad, solían recibir la educación básica de sus profesores.

Sin importar el nivel educativo ni el lugar, tanto preescolares, primarias y secundarias reflejan el mismo panorama: instalaciones en completo abandono y descuido.

Armando Gutiérrez López, coordinador de sector en la zona maya, y quien despacha desde el municipio de Felipe Carrillo Puerto, reconoció que: 

“Tenemos un total de 98 escuelas consideradas como indígenas, y al menos el 50% de ellas, según los reportes e informes que tenemos, están en condiciones complicadas en su infraestructura, llenas de basura, enmontadas, con interiores empolvados”.

Señala que desde que inició la pandemia en muchas escuelas no se han podido realizar los trabajos correspondientes de limpieza, pero ante la posibilidad de un próximo regreso a  clases presenciales, considera que es necesario retomar el tema.

“Las autoridades de todos los niveles tendrán que dotar de los recursos y herramientas, además, la suma de mano de obra, para que se pueda hacer de manera rápida y efectiva. Lo más visible es por fuera, pero hay que esperar a ver cómo están adentro”.

En el caso de la capital del estado, las primarias Aarón Merino Fernández y Rufo Figueroa, en las colonias Adolfo López Mateos y Polígono Dos, son las que se encuentran con casos más graves, tanto en el exterior como en sus patios, y lo que hasta antes de la pandemia, fueron sus jardines.

Las preescolares Kohunlich, Ignacio Aldama e Isabel Marín de Castillejos, también tienen lo suyo, al igual que las primarias Ignacio Herrera López y 8 de Octubre, donde se observa en los patios hasta algunos pupitres presas de la corrosión y el deterioro.

“Nosotros básicamente nos comunicamos directamente con los maestros, para la entrega de tareas y evidencias, pero en cuanto a los directivos de las escuelas no existe algún contacto. No sabemos cómo están las escuelas”, afirma por su parte Ángela Yam Puc, madre de familia.

Delincuencia aprovecha el abandono de las escuelas

Pero la maleza y la basura no son los únicos enemigos de las escuelas, ya que durante este tiempo los amantes de lo ajeno no han dejado pasar la oportunidad de aprovechar la falta de vigilancia y han visitado a más de una.

En 2020, por ejemplo, más de 100 planteles fueron víctimas de robo, de acuerdo con un cálculo de la Secretaría de Educación de Quintana Roo en enero pasado, aunque el número podría ser el doble, según otras instancias.

Entre los objetos que más se han llevado están el cableado eléctrico, material de oficina, aires acondicionados, equipos de sonido y cómputo, entre otros artículos que se encontraban dentro de las aulas.

En aquel entonces, la titular de la Secretaría de Educación, Ana Isabel Vásquez Jiménez, aseguró que realizaban un levantamiento de los daños dejados en los planteles afectados, con el fin de gestionar los recursos y poder hacer las reparaciones.

Sin embargo, a solo un par de meses para que se acabe el ciclo escolar 2020-2021, y ante el anuncio del gobierno federal de un próximo arranque de actividades presenciales incluso antes del fin del curso actual, las dependencias estatales del sector no han dado a conocer algún diagnóstico sobre las condiciones de más de dos mil 200 planteles educativos en Quintana Roo.

El Instituto de Infraestructura Física Educativa de Quintana Roo (Ifeqroo), a cargo de Abraham Rodríguez Herrera, tampoco ha querido revelar el estado de los edificios, que por ley es responsable de construir y darles mantenimiento.

Padres reclaman: ¿y las cuotas escolares?

Padres de familias piden que las cuotas no utilizadas del año pasado sirvan para reactivar las escuelas.

La Sociedad de Padres de Familia de Quintana Roo consideró que es momento de aclarar el destino que tuvieron las cuotas “voluntarias” que sí fueron cobradas en este y el anterior ciclo escolar, debido a que por la falta de clases presenciales, prácticamente no hubo inversión de recursos en mantenimiento.

Sergio René Acosta Manzanero, presidente de este organismo, explicó que con la ayuda de directores, maestros y padres de familia, se está monitoreando el estado de cada centro escolar, la cantidad que se ha recaudado a través de las cuotas, así como el destino de las mismas.

“La realidad es que más de 200 escuelas de la entidad requieren una inversión fuerte de rehabilitación, ya que fueron vandalizadas o saqueadas durante la pandemia. La mayoría necesita labores de limpieza y mantenimiento, y el Instituto de Infraestructura Educativa no tiene recursos para estos gastos extraordinarios”.

Como ejemplo, comentó que en cuatro primarias de Cancún un grupo de delincuentes se robó puertas, focos, aires acondicionados y hasta los inodoros de los sanitarios.

Ante esta situación, el dinero que cada plantel ha recaudado a través de las cuotas “voluntarias” será vital para costear estos trabajos. Debido a que hasta ahora no se ha utilizado, el dirigente considera que cada escuela debería contar con algo de los recursos.

En caso de que no sea así, será necesario la intervención de autoridades educativas para que el dinero sea reintegrado por los encargados de administrarlo, porque aún con estos problemas, el cobro de las cuotas continúa.

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