Violencia ‘invade el cerebro' de los niños: experta

Estudiantes de nivel básico tienen menor empatía y son más agresivos con sus compañeros.

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El comportamiento violento inhibe las habilidades sociales de los menores de edad, considera especialista. (Paola Chiomante/SIPSE)
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Fernanda Duque/SIPSE
CANCÚN, Quintana Roo.- Crecer en un entorno violento tiene consecuencias, no sólo a nivel emocional, sino físicamente, en específico en el desarrollo del cerebro de un niño, advirtió Erika Proal Fernández, doctora en Neurociencia, quien ve en Cancún un campo fructífero para la investigación en esta especialidad.

“El ambiente es un factor que nos influye muchísimo en nuestras primeras etapas de la vida. Hay un circuito que se llama frontal y de recompensa, que es el control de nuestras emociones y lo que sucede es que cuando vivimos en un entorno violento no desarrollamos ese circuito”, dijo la especialista.

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Derivado de esta deficiencia, el menor crece sin ciertas habilidades sociales, por ejemplo la empatía, lo que le imposibilita sentir consideración por otros; asimismo, llega a la edad adulta con un lóbulo frontal debilitado, que deriva en poca tolerancia a la frustración, por lo que es más propenso a la delincuencia o a buscar actividades que le generen adrenalina.

El Centro Integral de Atención a las Mujeres (CIAM) de Cancún, ha identificado que los niños que viven en zonas conflictivas de la ciudad, tal es el caso de la Región 100, muestran signos de estrés, que las psicólogas identifican a través de falta de concentración, dificultades para leer o en la implementación de juegos bruscos con sus compañeros.

Estos malos comportamientos se ven reflejados también en la escuela, ambiente en donde permanecen más de 50% de su tiempo.

La directora de un plantel de nivel básico, ubicado en el fraccionamiento Prado Norte (quien pidió permanecer en el anonimato) mencionó que algunos infantes llegan a dirigirse con prepotencia hacia sus maestros, conductas negativas que absorben de un ambiente familiar en donde no se le presta mucha atención al menor o en donde hay violencia, por lo que los docentes prefieren  mantenerse al margen de ciertas situaciones.

“En esta escuela se suscitó el año pasado que un papá, acompañado de un amigo, se presentaron en la reja de la escuela y estaban tomados, un maestro le dijo que no podían pasar así y este señor le dijo: ‘ya te vi quién eres, ya te vi la cara y en cualquier momento’…; el maestro también vive bajo ese tipo de amenazas”, mencionó la maestra.

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