Redacción
MÉXICO.- Una de las pruebas de motor con mayor dureza a nivel mundial se reinventa año tras año. África era el destino histórico de esta prueba, pero el no poder asegurar la seguridad de los participantes, hizo que el salto a Suramérica fuese obligatorio.

La prueba perdía la ubicación, pero no la esencia. El Rally Dakar se ha disputado durante una década en América, dejando muy buenas sensaciones. Si bien es cierto que se notaba el cambio por la superficie sobre la que se desarrollaba la prueba, y que hacía perder algo de competitividad al primar otros componentes sobre la arena.

Ante esta tesitura, la organización estaba obligada a buscar un nuevo horizonte que recuperase la emoción y repercusión de antaño. La llegada de la prueba más dura de motor a Arabia Saudí parece todo un acierto, ya que la arena y el desierto serán la mayor parte de la competición protagonistas, de nuevo.

Esta 43ª edición puede marcar un antes y un después en el porvenir de la prueba. 8000 kilómetros, con al menos 5000 de ellos cronometrados, divididos en doce etapas, pone a las claras el nivel de exigencia de un Dakar que no dejará indiferente a nadie.

La contienda se presenta más abierta que nunca en todas las disciplinas, según apuntan las apuestas en línea. La participación de todo un bicampeón del mundo en esta cita, como Fernando Alonso, da un plus de repercusión a una prueba que a priori, este año sí, cuenta con todos los ingredientes para cocinar un plato de alto postín.

Los latinos tendrán mucho que decir en esta cita, ya que muchos de ellos han marcado una época en esta carrera como se muestra en la infografía.

Este 2020, un hombre como Pablo Quintanilla parece ser el abanderado de toda una parte del planeta, que sueña con ver a un compatriota suyo en el primer cajón del podio de la disciplina de motos. La empresa no será nada fácil para el chileno, ya que hombres como el vigente campeón, Price, buscará revalidar el título y así aumentar su leyenda en esta competición.