Los efectos del cambio climático están cobrando factura a las abejas. En Quintana Roo, cada año enfrentan peores condiciones para subsistir. La producción de miel y la supervivencia de otras especies están en riesgo debido al clima que predomina hoy. 

Elmar Romero, rescatista de abejas meliponas mayas y apicultor, explica que año con año se registran condiciones de clima más extremas, como el incremento en las temperaturas o torrenciales lluvias. 

Por ejemplo, en 2020 con dos huracanes y una tormenta tropical, hubo apicultores que perdieron el 95 por ciento de sus colmenas. 

“Un amigo mío que tiene sus colmenas cerca de Tulum, de 150 que tenía, solo se quedó con cuatro después de los huracanes”, refiere. 

Los eventos extremos del clima, ya sea de calor o de lluvia, afectan la floración de los árboles, que son el principal alimento de las abejas, así como su desplazamiento y resguardo. 

Para este año, la producción de miel tuvo una reducción de por lo menos el 50 por ciento, con casos de apicultores donde hubo casi pérdida total. 

Cientos de familias dependen del clima de hoy

En el estado, y en la Península, cientos de familias dependen de esta actividad económica para subsistir, enfatiza Elmar. 

“Nosotros dependemos de lo que dicte la madre naturaleza”, añade. 

Sin embargo, aclara que el cambio climático, propiciado por la actividad humana, cada vez es más severo. 

“Las condiciones no son las mismas que hace 14 años, cada vez está peor”, indica. 

Actualmente los apicultores del estado se encuentran reproduciendo las colmenas para intentar multiplicar su cosecha de miel. Si las condiciones son favorables, para enero tendrán nuevas colmenas sólidas. 

Pero temen que se repita lo que pasó en 2020, con las tormentas tropicales y huracanes. 

Las abejas, además, cumplen funciones vitales en el ecosistema. La polinización que hacen en la selva, lo que permite la obtención de alimentos para otras especies, así como la multiplicación de la vegetación.