Paloma Herrero pone en alto a Cancún con obras de teatro
Llegó al destino cuando tenía 21 años de edad.
Claudia Olavarría/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Actualmente Cancún tiene una población cercana a los 900 mil habitantes, pero algunos tuvieron el privilegio de disfrutar la naturaleza virgen de Cancún, entre los cuales está Paloma Herrero Bucanan, quien llegó a Cancún en 1976 recién casada y enamorada del mar, paisaje que pese a los años no deja de asombrarla y agradecer el vivir aquí.
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Hoy Herrero Bucanan es una mujer que ha dejado en alto el nombre de Cancún en el mundo del espectáculo nacional, los empresarios teatrales ahora son quienes buscan la plaza de Cancún porque saben que tendrán cuentas claras, y no como en el pasado que consideraban al destino “la tumba de las obras de teatro”.
La relación de Paloma Herrero con el Caribe mexicano inició en su infancia, cada año viajaba con sus padres a la isla de Cozumel a pasar las vacaciones de verano o Semana Santa, en donde sus tíos operaban un hotel y sus primas tenían su edad, por lo que el mar está relacionado a su vida desde niña.
“El dejar a la familia no fue una decisión difícil porque Mérida estaba muy cerca y le tengo muchísimo cariño al lugar, llegué recién casada y unos años después tuve a mi primer hijo y me tocó lo que a la mayor parte de la gente que llegamos en ese momento, la enorme fortuna, la suerte de poder ver crecer una ciudad, cosas que es un privilegio”, recordó la entrevistada.
'Hubieron cosas que se hicieron bien y otras mal '
Desde su punto de vista, ese privilegio igual tenía la responsabilidad de tratar de cuidar a ese bebé que recién nacía que, de alguna manera, estuvo bajo su cuidado y supervisión, siente que hubieron cosas que hicieron bien y otras mal, como el no darse cuenta de la importancia que iba a tener a futuro el destino, el impacto en la ecología de acciones tomadas en ese momento, creyendo que eran correctas o sin demasiado análisis, simplemente ocurrían, sobre todo porque no tenían la suficiente información de la repercusión a futuro en la calidad de vida que estaban preparando para las futuras generaciones, y la ignorancia no los exime de la responsabilidad.
“En mi caso tengo un balance positivo, siento que he recibido de Cancún pero igual me he esforzado para dar”, agregó Herrero Bucanan.
La comparación que hacen algunos de Cancún con otros lugares para la entrevistada no es justa, porque es una ciudad que apenas cumplirá 50 años, contra otros lugares de mayor antigüedad.
Con 21 años de edad, Herrero Bucanan llegó a vivir a Cancún, y desde ese momento comenzó a trabajar, primero en el comercio, para luego hacerlo en el turismo; una fortuita casualidad la llevó a que Miguel Quintana Pali la invitará a dirigir el Teatro de Cancún, que en ese momento estaba por abrir y tenía un fin turístico.
Durante la entrevista en ese viaje al baúl de sus recuerdos, Paloma Herrero sonrío cuando recordó que la única gasolinera de Cancún ubicada en “El Crucero”, anunciaba con megáfono la llegada del combustible.
Era tal la cordialidad de la época que quienes cargaban primero eran las tres patrullas que habían, los camiones de carga y servicio por el auge de la construcción, y al final los particulares.
“Una vez que nos avisaban acudíamos al lugar con pleno conocimiento que habría una larga fila, y para ello llevábamos la hielera con el refresco, las aguas, tener listo el radio, y si luego de varias horas llegábamos y ya no había gasolina, quien lograba cargas pasaba un poco o se ofrecía para alguna emergencia”, indicó.
Creció en el mundo del teatro
“Lo que el arquitecto Quintana Pali no sabía en ese momento, era que había crecido en un teatro, mis papás se conocieron haciendo una obra de teatro, mi mamá fue directora de casi todos los centros culturales importantes en Mérida (Peón Contreras, Centro Cultural del Niño Yucateco, Teatro Daniel Ayala, la Casa de la Cultura del Mayab), entonces crezco en ello, y era actriz no profesional, pero era muy buena en el escenario y crecí con ese cariño, amor y respecto a un espacio escénico”, recordó la entrevistada.
La invitación fue una excelente oportunidad, que le permitió cubrir una parte altruista que su rol de trabajo y la familia le impedía dar algo a la comunidad.
El Teatro de Cancún es sus inicios era un lugar pensado para el turismo, sin embargo, su apertura generó inquietud en la población ávida de un lugar cultural y escénico; los dos primeros años fue difícil la combinación de espectáculos para el turismo, con actividades locales, pero se aprovecharon los fines de semana para dirigir una actividad dirigida al cancunense.
“Lo más difícil fue establecer relaciones de confianza con los empresarios teatrales del país, porque tenían malas experiencias con empresarios locales, y alguna vez leí algo que ‘me picó la cresta’ y decidí demostrar que aquí hay gente decente y que trabaja bien, así que me propuse superar las expectativas en cuanto a transparencia, porque es un ambiente en el que puede haber opacidad en el manejo, y hasta ahora no hay un espectáculo que haya tenido que hacer modificaciones para poder presentarse”, explicó.
Rodrigo Murray, con las Obras Completas de William Shakespeare, fue uno de los productores que verificó junto con Paloma Herrero las entradas para que todas fueran vendidas y no cortesías, experiencia que ella recuerda y dice que no esperaba más; hoy los empresarios teatrales le tienen confianza, por las cuentas claras y un teatro limpio.
El 17 de enero del 2000 inició operaciones el Teatro de Cancún, los dos primeros años fueron para espectáculos dirigidos al turismo, el resto del tiempo es para la población local, actualmente el promedio de representaciones por año es de 95 obras (dos por semana).