El Ombligo Verde, uno de los pulmones urbanos de Cancún, cumple ocho años como área natural protegida municipal, tras una batalla de la ciudadanía por conservar las condiciones naturales de este espacio.

El Parque, que se remonta a 1992, fue peleado por un grupo de ciudadanos desde finales de 2009, cuando se pretendía utilizar el espacio para la construcción de la Macroplaza Bicentenario, por los 200 años de la Independencia de México en 2010.

Las protestas se intensificaron en los primeros meses del 2010, lideradas por un grupo de organizaciones ambientales y pioneros de Cancún.

Bettina Cetto, una de las defensoras del área, contó a Novedades que hasta 1992 el Obligo Verde era dos manzanas que habían quedado al margen de la urbanización. En aquel entonces se pretendía construir una subestación de energía eléctrica de la Comisión Federal de Electricidad. De ahí partió la lucha.

“Primero fue echar atrás la subestación eléctrica, luego fue echar atrás una terminal de autobuses, luego fue echar atrás la construcción del Palacio Municipal, después la construcción de la catedral y hasta el 2010, en el intento de Gregorio Sánchez por extender todo y construir el Palacio y la Catedral”, dijo.

Tras un periodo de amparos, protestas y cadenas humanas para evitar la tira de árboles, muchos de ellos endémicos, así como la introducción de maquinaria pesada, en marzo de 2012 la administración presidida entonces por Julián Ricalde inició el proyecto para constituir la primera reserva ecológica municipal, concretada en una sesión de cabildo realizada en octubre del mismo año.

Sin embargo, a ocho años de su conformación, esta área protegida continúa sin un Programa de Manejo para su operación, mismo que se ha postergado por distintas razones, incluida la pandemia por el Covid-19.

Actualmente, tanto el Programa del Parque Kabah como el del Ombligo Verde se encuentran en proceso de revisión de los comentarios vertidos en la Consulta Pública, el último paso para su publicación.