Las familias del estado de Quintana Roo registraron un desplome del 23.67% de sus ingresos trimestrales durante el 2020, el año de la pandemia, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares.

El reporte dado a conocer por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) señala que los ingresos trimestrales de las familias pasaron de un promedio de 60 mil a 46 mil pesos.

En tanto, en materia de gastos, los servicios básicos como la electricidad, la gasolina, el agua y la salud fueron los rubros en donde las familias tuvieron que erogar más de los habitual; es decir, mientras en rubros como la alimentación y la educación pudieron gastar menos, en esos primeros rubros no tuvieron más opción que seguir pagando, incluso, más que antes de la contingencia sanitaria.

La entidad federativa se ubicó entre los estados más afectados, y es porque depende en gran medida del sector servicios, sobre todo de los negocios de preparación de alimentos y de la hotelería, los cuales el año pasado estuvieron cerrados casi en su totalidad, mientras que aquellos que permanecieron abiertos tuvieron que reducir los salarios.

El documento señala que en Quintana Roo, la principal fuente de ingresos es el salario directo del trabajo, es decir, la mayoría de las familias no cuenta con otro tipo de ingresos, y ante la disminución, de un promedio 40 mil pesos trimestrales pasó a 29 mil pesos.

Después de Quintana Roo, la Ciudad de México y Baja California Sur reportaron las caídas más altas en los ingresos de las familias, de 20.5% y 12.8%, respectivamente. A nivel nacional el promedio de ingresos corrientes trimestrales pasó de 53 mil 418 pesos en 2018 a 50 mil 309 pesos en 2020, una variación mínima.

En la entidad fueron 107 mil empleos formales los que se perdieron a causa de la pandemia; sin embargo, el impacto fue mayor, considerando que los números oficiales indican que la informalidad laboral es cercana al 50%. 

El estudio del INEGI señala que: 

“Los resultados del levantamiento de la edición 2020, permiten dimensionar los cambios en los ingresos y gastos de los hogares a consecuencia del período de contingencia sanitaria originada por el Covid-19, donde las medidas de confinamiento de la población y el cierre de la actividad económica motivó cambios en los ingresos y los gastos en los hogares de México”.

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