La ampliación de plazos en los permisos de construcción a la cadena RIU por parte de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) es una vergüenza y un acto de corrupción, calificó el ambientalista Gerardo Sólis, presidente honorario de la asociación civil “Defensoría Internacional de Derechos Humanos”.

El también promovente de juicios contra la construcción del proyecto Riviera Cancún, en Punta Nizuc, alegó que a principios de 2015 la Semarnat negó la construcción del hotel por no cumplir con los criterios ambientales que marca la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente. Sin embargo, añade, ese mismo año pero a finales, la dependencia federal emitió la autorización, ignorando sus propios criterios por los cuales fue rechazado la primera vez.

Aunque la obra se ha mantenido pausada por una serie de conflictos legales, donde se alega la presunta violación al derecho a un medio ambiente sano, Semarnat ha extendido ya dos veces el plazo de los permisos, esta vez con vigencia hasta 2022.

“No es posible que la Semarnat no vea tanta corrupción detrás de este proyecto ecocida”, dijo el activista.

Las obras de RIU están suspendidas

Actualmente las obras de RIU se mantienen en suspensión por un amparo concedido a un grupo de menores, por la presunta violación, del mismo modo, a su derecho colectivo a un medio ambiente sano.

Sin embargo, la cadena RIU ha acusado directamente al Hotel Nizuc de emprender un entramado jurídico para que no se ejecuten las obras a un costado de este complejo. En un comunicado, la empresa española señaló a este hotel de estar detrás de 17 amparos en contra de la construcción.

La primera autorización en materia de Impacto Ambiental para el proyecto Riviera Cancún se dio en diciembre de 2015. En mayo de 2018, tras una resolución judicial favorable a RIU, la Semarnat concedió dos años de prórroga, mismos que concluyeron en mayo de este año, por lo que la dependencia federal otorgó otros dos años para concluir los trabajos.