El personal médico del Hospital General de Cancún realizó un paro interno de alrededor de dos horas porque se niegan a utilizar las mascarillas provenientes de China para atender a pacientes de COVID-19, debido a que no cuentan con los estándares de calidad.

Los trabajadores inconformes explicaron que los cubrebocas KN95 -que fueron proveídos por el Gobierno Federal- no sellan por completo debido a que el diseño lo impide, por lo que quedan expuestos al virus que causa la enfermedad.

“Nos dijeron que podíamos hacer que sellara pegando cinta microporo al rostro, pero hacerlo todos los días lastima y hay compañeros con lesiones, no pueden volver a colocar esta cinta sobre la piel dañada”, dijo uno de los enfermeros.

Esta situación provocó que esta semana el personal se negara a entrar a las áreas COVID-19 hasta que les otorgaran el material adecuado para realizar su labor, en consecuencia los pacientes no obtuvieron atención durante ese tiempo.

“Nosotros también tenemos que cuidar por nuestra salud, podemos contagiar a nuestras familias y enfermar, y entonces quién cuidaría de los que están hospitalizados. El riesgo está porque las partículas pueden entrar por un pequeño espacio que quede entre la piel y el cubrebocas”, dijo.

Los trabajadores mencionaron que para volver a entrar a las áreas de riesgo, el sindicato del nosocomio tuvo que adquirir una caja de cubrebocas N95. Sin embargo, los administradores indicaron que no pueden regresar los insumos federales, ya que aunque no cumplan con el sellado, el diseño está aprobado para ofrecer protección contra el SARS-Cov2.

“El problema es legal, nos respondieron que las KN95 son igual de eficaces, pero en la práctica no es así, entonces no tenemos cómo defendernos, más que negándonos a entrar sin el equipo apropiado. Nosotros queremos trabajar, pero con el insumo adecuado”, dijo.

Personal médico se ha visto obligado a usar caretas para snorkel

Asimismo, los inconformes señalaron que la baja calidad del cubrebocas comprados por la Federación, puede compensarse con el uso de caretas utilizadas para snorkel, que han estado modificándose para el uso clínico, sin embargo, el problema es que estos materiales -ni los filtros que llevan- los otorga el hospital, todas han sido donaciones de la sociedad civil.

“Quienes han podido obtener una, tienen que comprar sus filtros, se cambian cada semana y cuestan 50 pesos, pero el problema es que no podemos adquirirlos como mayoristas, porque la empresa sólo vende a hospitales, y ahorita tiene convenio firmado sólo con el IMSS (Instituto Mexicano del Seguro Social), pero si hacen cuentas, sería más barato dotarnos de máscaras y filtros”, dijo.