“No tenemos ni para comer”: Banco del Bienestar deja sin dinero a los abuelitos
Personal de la sucursal en Chetumal “se lava las manos” y dice que la falla está fuera de su control.
Los problemas en las cuentas de varios derechohabientes del Banco del Bienestar, en la sucursal Chetumal, continúan. De nueva cuenta los adultos mayores hicieron largas filas para encontrar sus saldos en ceros, a pesar de que ya recibieron la notificación de que les fue depositado su apoyo periódico.
Usuarios resaltan que es la tercera vez que atraviesan esta situación en lo que va de este mes, lo que ha impedido que al menos 200 personas de la tercera edad puedan sacar su dinero.
Los afectados se intentaron comunicar en varias ocasiones con el personal de la Secretaría del Bienestar, a fin de encontrar una solución a su problema. Sin embargo, la respuesta que les dieron es que son fallas técnicas ajenas a la dependencia, no saben cuándo podrá reactivarse.
También les recomendaron utilizar los bancos con los que tienen convenio, para retirar su depósito.
Sin embargo, esto no agradó a los usuarios.
“En Bancomer me cobran 28 pesos por retirar mi dinero. El más barato sería Santander, que cobra 15 pesos. Pero no entiendo el punto de usar otros cajeros automáticos, cuando se supone que tenemos una sucursal propia para evitar ese pago de comisiones”,
dijo Raúl Cabrera Schulz, uno de los afectados.
Refirieron además que no les dieron respuesta sobre aquellos tenían su ahorro en el Banco del Bienestar, pero hoy sus tarjetas se encuentran en ceros. Sólo les dijeron por la vía de la atención telefónica que tendrán que ser pacientes, ya que esperan que en el transcurso de los siguientes días se normalice esta situación.
“Mientras tanto todos los días estamos viniendo varios, a veces desde el otro lado de la ciudad, sólo para verificar si ya se arregló el problema con nuestras cuentas. Para ellos se les hace fácil decir que esperemos, pero para nosotros, son uno, dos o hasta una semana que no tenemos dinero ni para comer”,
reclamó por su parte doña Gabriela Canto Caamal, otra beneficiaria.