Chetumal: Sembrando Vida devasta miles de árboles en Quintana Roo
Están deforestando maderas preciosas como cedro, caoba, dzalam, chico zapote, entre otras.
El Programa Sembrando Vida lleva más de año y medio en Quintana Roo y en su nueva etapa los más de cinco mil beneficiarios se han dedicado a construir viveros comunitarios, talando miles de metros cúbicos de maderas preciosas.
La meta original del programa es de 12 mil 500 hectáreas de árboles en este año y cada hectárea requiere de 2 mil 500 árboles que necesitan al menos 200 grandes viveros para ser germinados, tomando en cuenta que cada grupo se integra por 25 beneficiarios.
Las reglas de operación del programa obliga a los beneficiarios a construir viveros comunitarios y biofábricas, con capacidad para producir 50 mil plantas, lo que conlleva a utilizar espacios de hasta 2 mil 500 metros cuadrados.
Cristóbal Uc Medina, director general de la Coordinadora de Organizaciones Campesinas Forestales de Quintana Roo, denunció que para esas construcciones se están deforestando maderas preciosas como cedro, caoba, dzalam, chico zapote, entre otras.
Para construir cada vivero se utilizan 112 postes de madera de diversos tamaños, mientras que cada biofábrica otros 56 poster, además hay ejidos donde hay dos grupos del programa y se tienen que construir dos viveros. Por 200 viveros la cantidad mínima de postes alcanza los 33 mil.
Consideró que el programa resultó ser dañino para la selva maya porque además de los postes, de las 12 mil 500 hectáreas programadas del programa, al menos en diez mil hectáreas habían árboles que fueron deforestados.
“No se puede deforestar para sembrar árboles, es algo incongruente, ahora están cortando miles de metros cúbicos de maderas para construir sus viveros y biofábricas, cuando se puede hacer con otros materiales”, comentó.
Caso palpable en Álvaro Obregón Unidad Agrícola, Othón P. Blanco
En esta comunidad se inició con la construcción de 4 viveros juntos con una medida de 100 metros de largo por 25 metros de ancho, donde se han sembrado más de 104 postes de cinco metros de largo de madera labrada de árboles diversos.
Nahúm Fuentes, ejidatario de la localidad, denunció el saqueo de maderas preciosas que este programa está provocando en la Selva maya y reservas forestales del ejido, pues se han cortado más de 100 árboles entre especies como pucté, zapote, machiche y dzalam, tan solo para la base, faltando una cantidad similar para la estructura de arriba.
“Si bien es cierto que los productores necesitan los viveros, hay otros materiales que se pueden utilizar, debería llamarse el programa Sembrando Muerte no Sembrando Vida”, señaló.
Exhortó a las autoridades de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), para verificar estos viveros, así como la procedencia de estas maderas, ya que incluso hay maderas cuya tala es penada con cárcel.
José Antonio Delgado Gonzales, beneficiario del programa en dicho ejido, señaló que tan solo para adquirir los postes necesarios, tuvieron que cooperar de a 950 pesos por cada persona y son 100 personas que tienen Sembrando Vida en la localidad.
“Tenemos entendido que el Programa tiene que abastecernos de plantas para sembrar, pero estamos obligados a construir el vivero y una biofábricas, desde que inició el programa, nos la hemos pasado de cooperación en cooperación”, denunció.
En el país se construyen más de 13 mil viveros comunitarios
Según información oficial del gobierno, el programa Sembrando Vida, mediante el cual se pretenden plantar más de 133 millones de árboles en seis años, opera ya en ocho estados: Chiapas, Tabasco, Veracruz, Yucatán, Campeche, Quinta Roo, Durango y Puebla, donde han sido beneficiadas 224 mil personas, incluidos 200 migrantes.
En Quintana Roo, alrededor de 12,500 hectáreas están siendo cultivadas como parte del ese instrumento del gobierno federal, aunque recientemente se anunció que se podría duplicar.
En el país se tiene una meta de 13 mil 714 viveros comunitarios, 430 mil sembradoras y sembradores y la recuperación de 1 millón 75 mil hectáreas, y una cobertura en 20 estados de la República.
De acuerdo con la Secretaría de Bienestar, con esta política pública se generarán 400 mil 000 empleos permanentes en lo que dure el programa para beneficiar a productores, ejidatarios, comuneros y pequeños propietarios, quienes recibirán 5,000 pesos mensuales, de los cuales 500 se destinarán a una caja de ahorro que ellos mismos administrarán.
Para los primeros dos años de programa se contempla la siembra de 1 millón de hectáreas con árboles maderables y frutales producidos en viveros oficiales, comunitarios y militares.