Ciudadanos de Chetumal leen en promedio menos de un libro al año: Inegi

En la capital de Quintana Roo sólo queda una librería y está en números rojos

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Ciudadanos de Chetumal leen en promedio menos de un libro al año: Inegi. (Foto: Pxhere)
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Chetumal es la capital estatal con menos librerías disponibles: sin contar los establecimientos de corte religioso, actualmente sólo sobrevive una librería que además, está en números rojos.

Así lo reveló el más reciente censo económico del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Esto significa que en los últimos tres años quebraron siete librerías chetumaleñas, lo que también representó la pérdida de más de 40 empleos.

Francisco Vidal Contreras, de la Asociación “Leamos México” explica que esta situación demuestra el nulo interés que existe por la lectura, lo que es evidente en los resultados de los más recientes exámenes de diagnóstico a los alumnos de nivel básico y medio superior.

“La prueba de 2019 reveló que un 46% de los estudiantes de nivel secundaria no sabe leer, pues tienen una muy limitada comprensión lectora. Esto afecta todo su desarrollo social, pues los hace carecer de la habilidad para interpretar una simple orden, tanto en la escuela, como en el hogar y en futuros trabajos”,

citó el activista y profesor de la Universidad Modelo.

Añadió que incluso el Inegi detalla que en Chetumal el promedio de lectura por persona es de 0.4 libros al año, mientras que a nivel nacional es de 1.7.

“Por eso es importante fomentar la creación de librerías o bibliotecas comunitarias, que también hacen falta, y mucho. En Othón P. Blanco tenemos dos bibliotecas importantes: la de la Universidad de Quintana Roo y la Javier Rojo Gómez, aunque esta última se rehabilitó apenas este año, tras casi una década de estar inoperante. Pero en las comunidades rurales siguen faltando estos puntos de lectura, pues la mayoría ya fueron saqueados. Así de mal estamos”.

Vidal Contreras reconoció que sí bien ahora es posible adquirir un libro a través de medios digitales o por el sistema de envío a domicilio, quienes utilizan este servicio son los mismos que compran sus libros en una librería, por lo que en realidad no se fomenta la lectura.

“Una librería, al igual que la biblioteca, permite un mayor acercamiento con la lectura. Claro que ahora han evolucionado a puntos de encuentro, donde personas se reúnen para discutir y debatir sobre sus libros favoritos”.

Y esto es difícil en esta situación de pandemia, pero se tiene que recuperar estos espacios, porque si se pierden por completo, se terminará terminar siendo una ciudad con una mayoría analfabeta, afectando con ello la competitividad.

Añadió que una persona que no puede comprender un simple texto por falta del hábito de la lectura, simplemente es alguien que difícilmente puede prosperar en un ambiente laboral.

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