NOTA DEL EDITOR: Este artículo se actualizó el 18 de noviembre de 2020 para ofrecer al lector la información más actual. 

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Los mensajes de odio y discriminación se encuentran presentes en las redes sociales del 63 por ciento de los jóvenes de entre 13 a 28 años de Quintana Roo, colocando a la entidad entre las diez primeras entidades con este problema.

De acuerdo con el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, entre los jóvenes quintanarroenses es común el uso del lenguaje intolerante en contra de sus compañeros o grupos vulnerables, acaparando el uso de hastag #zorra #puto #bitch #naco, #maricón, #indio.

La misma institución gubernamental coloca a Quintana Roo en el sexto lugar nacional de bullying escolar a nivel secundaria, preparatoria  y universidad, basándose en estudios de la compañía de seguridad informática McFee, la cual revela que el 67 por ciento  de las jóvenes quintanarroenses con redes sociales han sufrido algún tipo de agresión, principalmente en Facebook.

Quintana Roo es sexto lugar nacional por acoso escolar

En cuanto a los hombres, el 34 por ciento de los jóvenes usuarios del internet  en la entidad también sufren discriminación y violencia. En conjunto, más de 135 mil hombres y mujeres enfrentan a diario mensajes de odio.

“El estudio sobre Hábitos y Percepciones de Mexicanos en la Red 2019 revela que la lista de agresiones los encabeza mensajes de discriminación por su estado de origen y clase social; cyberbulling, insultos contra las creencias religiosas e intolerancia”, puntualiza la Conapred.

Pero son la homofobia y el sexismo las que encabezan este top. Tan solo en el 2019, fueron replicados durante 18.5 millones de veces hastag agrediendo la preferencia sexual de las personas, y 33.9 millones de veces  palabras sexistas contra las mujeres, desde alguna de las 364 mil cuentas de jóvenes de entre 18 a 26 años registradas en Quintana Roo.

Significa que en promedio, cada uno de ellos replicó durante 142 veces durante todo el año pasado, estas palabras discriminatorias

“El gran reto al que nos enfrentamos es aceptar que en México existe este problema. Necesitamos dar información y brindar educación suficiente para que las personas puedan entender que hay consecuencias graves en la vida de las personas que, sistemáticamente, son discriminadas y objeto de discursos de odio disfrazados de humor, estandarizados e, incluso, justificados con el pretexto de que se ejerce la libertad de expresión”, puntualiza el estudio.