Enrique Mena/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- El Ayuntamiento de Othón P. Blanco, que dirige Otoniel Segovia Martínez, carece de un sitio de disposición final para el sargazo que arriba al sur del estado, por lo que el peligro de contaminación del manto freático en Mahahual continuará.

Alondra Martínez Flores, directora de Medio Ambiente y Ecología del Ayuntamiento, reconoció que no cuentan con espacio para su depósito y por ello la macroalga es colocada en sitios temporales, como el tiradero a cielo abierto de la alcaldia de Mahahual y otro cercano a la costa en el corredor turístico.

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Explicó que se han visto imposibilitados a emprender un manejo adecuado del sargazo que se extrae de la zona de playas por la falta de recursos del Ayuntamiento.

Sin embargo, dijo que ya hicieron la solicitud a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para que les autorice tirar el sargazo en el relleno sanitario intermunicipal Othón P. Blanco - Bacalar y se espera que a más tardar 15 días resuelva la solicitud.

“La intención es mover todo el sargazo que tenemos en sitios temporales que fueron habilitados rápido para extraer la macroalga debido a que el sitio de disposición final todavía no ha sido autorizado por la Semarnat”, dijo Martínez Flores.

Resaltó que la Semarnat debe realizar los trámites con base en las consideraciones locales de la Secretaría de Ecología y Medio Ambiente (SEMA) y la Procuraduría de Protección al Ambiente (PPA).

Mientras tanto seguirán depositando las toneladas de sargazo extraídas de la costa de Mahahual, principalmente en el tiradero a cielo abierto por el que se paga 15 mil pesos mensuales y donde también se tira la basura doméstica que se produce en este destino turístico, que es de aproximadamente 15 toneladas al día.

Respecto de la contaminación de los lixiviados al manto freático, aseguró que será la Secretaría de Marina Armada de México (Semar) quien determine a través de estudios si hay afectación al medio ambiente o no.

En contraste, especialistas en Biología aseguran que el sargazo destila contaminantes que pueden dañar la microfauna y llegar al mar, repercutiendo de manera negativa en las especies marinas.