La actividad física es un aliado para las personas que padecen artritis reumatoide. Dicha enfermedad puede presentarse en diferentes etapas de la vida, sin embargo, es más habitual en los personas de la tercera edad.

Los síntomas más frecuentes de la artritis es el dolor en las articulaciones, ya que suele haber desgaste o deterioro del cartílago, así que recurrir a diferentes actividades ayuda a disminuir el dolor y la rigidez.

"Un tratamiento adecuado logra disminuir el daño estructural articular y la aparición de deformidades lo que a su vez evita el deterioro funcional y mejora la calidad de vida...

Dicho tratamiento requiere el uso de medicamentos antiinflamatorios esteroideos y no esteroideos así como la realización de actividad física específica, lo ideal es que sea bajo la supervisión de un equipo multidisciplinario que tendría que incluir médicos, fisioterapeutas y psicólogos", explicó Martha Adelina López Hernández, médico general y profesora de la UNAM.

Las rutinas físicas para las personas con artritis reumatoide deben fortalecer los músculos, mantener la fuerza, y el equilibrio día a día.

"Es importarte moderarse en el tiempo que se emplea para los ejercicios, por lo general aquí importa más las repeticiones que se realicen, pues se busca que los movimientos sean constantes sin perder ritmo", puntualiza la especialista.

La rutina

Amplitud: estos entrenamientos tienen como finalidad "calentar" los músculos sin mucho esfuerzo debido a que se trata de acciones graduales. El músculo se estira entre 20 y 30 segundos con ayuda de otra persona.

Además de prevenir las lesiones, la elongación ayuda a reducir problemas de espalda, la tensión muscular, la rigidez en las articulaciones e incrementa la relajación física y psíquica.

Ejercicio recomendado: levantar y bajar los brazos

Fortalecimiento: uno de los principales problemas que frecuentan a las personas con artritis es la debilidad muscular. Aquí es necesario realizar una exploración que permita identificar el nivel de carga que se necesita para alcanzar el nivel máximo de fuerza. Lo que terapeutas miden es la resistencia en cada movimiento de un grupo de músculos. Lo que se busca con este tipo de ejercicios es recuperar el movimiento en las articulaciones y mantenerlas resistentes para las actividades diarias.

Mejoran el estado de ánimo y hacen que el paciente se distraiga de su enfermedad. Las actividades no deben ser extenuante pero si algo prolongadas. No es aconsejable el deporte que implique contacto físico.

Ejercicio recomendado: pesas

Aeróbico: los ejercicios aeróbicos o cardiovasculares mejoran no solo la función pulmonar y cardiaca sino la circulación sanguínea, reduciendo la fatiga y favoreciendo el periodo de sueño.

Ejercicios recomendados: caminar, andar en bicicleta, nadar y usar una máquina elíptica.

(Con información de Reforma)