ITALIA.- Un estudio clínico realizado en el hospital San Raffaele de Milán señaló que los sobrevivientes de Covid-19 sufren tasas más altas de trastornos psiquiátricos, incluido el estrés postraumático (TEPT), ansiedad, insomnio y depresión. 

De acuerdo con la encuesta, en la cual más de la mitad de los 402 pacientes monitoreados después de ser tratados por el virus, los sobrevivientes a la infección declararon haber experimentado al menos uno de estos trastornos en proporción a la gravedad de la inflamación durante la enfermedad.

Se trata de 265 hombres y 137 mujeres, quienes fueron examinados en un seguimiento de un mes después del tratamiento hospitalario, de acuerdo con Reuters. 

"Estaba claro de inmediato que la inflamación causada por la enfermedad también podría tener repercusiones a nivel psiquiátrico", dijo el profesor Francesco Benedetti, líder del grupo de la Unidad de Investigación en Psiquiatría y Psicobiología Clínica en San Raffaele, en un comunicado.

El informe fue publicado el lunes en la revista científica Brain, Behavior and Immunity, bajo el título: “Ansiedad y depresión en los sobrevivientes de Covid-19: papel de los predictores inflamatorios y clínicos”.

Los resultados, basados ​​en entrevistas clínicas y cuestionarios, mostraron un trastorno de estrés postraumático (TEPT) en el 28 % de los casos, depresión en el 31 % y ansiedad en el 42 %. Además, el 40 % de los pacientes sufría de insomnio y el 20 % tenía síntomas obsesivo-compulsivos (OC).

El estudio también mostró que las mujeres son más propensas a sufrir ansiedad y depresión, a pesar de que la gravedad de la infección provocada en ellas por el coronavirus suele ser menor. Además, los pacientes con un historial psiquiátrico previo sufrieron más que aquellos sin antecedentes. 

Finalmente el doctor Mario Gennaro Mazza y su equipo sostienen que estos resultados son consistentes con estudios epidemiológicos previos.

Los especialistas explican que las consecuencias psiquiátricas que deja la Covid-19 pueden deberse a la respuesta inmune del cuerpo humano hacia el virus y también a otros factores de estrés como el estigma social, el aislamiento e incluso la preocupación de infectar a personas cercanas.